Desde 1982, el Hogar de Niños Impedidos Don Orione (Honim) alberga a personas con múltiples discapacidades.
Las solicitudes de ingreso son cada vez mayor, pero limitaciones presupuestarias hacen inviable que esta obra social abra sus puertas para los más de 68 seres que ya viven allí y que cuentan con un equipo multidisciplinario para su atención: madres cuidadoras, personal administrativo, psiquiatras, pediatras, dermatólogos, enfermeras, entre otros especialistas.
HispanoPost visitó el Honim, en la Carrera 1 con Calle 4 de Barquisimeto. Allí, el padre Carlos Lizcano nos contó que han vivido de la caridad de quienes hacen contribuciones de manera desinteresada a esta obra y que el aporte público o del Gobierno, en el caso de 2017 por ejemplo, fue de apenas 1 por ciento del costo total de mantenimiento.
La atención llega, en casi su totalidad, por la vía del voluntariado y el trabajo social. Sin embargo, garantizar la alimentación y la medicación es cada vez más cuesta arriba, por lo que requieren de donaciones. La paz y la tranquilidad de estos niños y estos jóvenes se ve amenazada por la falta de psicotrópicos y anticonvulsivos, nos constó el sacerdote.
Constantemente, quienes están al frente del Honim, movilizan la solidaridad de quienes estén dispuestos a colaborar para darle calidad de vida a estas personas especiales y condición de abandono. Un medio de contacto es el @honimdonorione en Tiwtter e Instagram.
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