El Estado venezolano está tratando de hacer maniobras para imponer nuevamente precios que no son acordados y, básicamente, esa política en este país, donde hay una inflación que no han podido controlar y tampoco han podido devolverle la capacidad de compra a los consumidores, hace muy difícil que los productores puedan trabajar, aseguró el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, Armando Chacín.
Alertó que de mantenerse esta política de precios controlados, los productores tendrán que tomar, en algún momento, la dura decisión de seguir o no seguir produciendo, porque no se puede trabajar a pérdida.
Al ser consultado sobre la actual situación del sector, explicó que se mantiene estancada por la grave escasez de combustible en todo el territorio nacional.
Al principio, el gobierno le otorgó gasolina a 15% de los afiliados a la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), pero la semana pasada este porcentaje cayó de manera drástica. A solo 2,52% de los productores le surtieron gasolina. Por lo tanto, estamos muy preocupados, porque son muchos los que no tienen la posibilidad de comprar combustible en el mercado negro y no tienen la capacidad de sacar, por ejemplo, la leche de sus unidades de producción, dijo.
Precisó que la leche, en este momento, tiene un precio por debajo de los 20 centavos de dólar, y un productor que saque 100 litros de leche, aproximadamente, puede estar haciendo 20 dólares al día, por lo que se le hace imposible comprar combustible.
En el campo 70 litros de gasolina tienen un costo de 140 dólares. Si un productor apenas puede hacer 20 dólares al día, entonces necesita más de una semana de producción para poder comprar combustible. Lo que hemos sugerido a los pequeños y medianos productores es que se agrupen entre ellos y en un solo carro saquen la producción diaria, para así poder afrontar la escasez de combustible y no perder la producción, precisó.
En cuanto a la producción cárnica, Chacín explicó que en marzo, cuando se activó la emergencia nacional por coronavirus, los ganaderos realizaron un arrime importante de reses a los mataderos para mantener abastecido el mercado y que los consumidores no tuvieran problemas para conseguir el producto. Sin embargo, por la misma situación del combustible este escenario en abril cambió.
En el mes de abril la bajada de matanza fue más de 50% y ya también se siente el tema. El sector rural el primer mes pudo maniobrar, porque tenía reservas de combustible, pero ya para el segundo mes esa reserva se nos acabó y, por supuesto, eso se verá reflejado en la producción de carne, explicó.
Aseguró que los productores agropecuarios están comprometidos en garantizar la producción de alimentos, pero lastimosamente desde algunos sectores oficiales han hecho todo lo posible por boicotearnos y que no podamos trabajar para los venezolanos en este momento. Todas estas trabas lo que hacen es que el consumidor venezolano consiga los alimentos mucho más costosos en las despensas y no solamente la leche y la carne.
No hay incentivos
Por otra parte, Armando Chacín indicó que en Venezuela no existen los incentivos necesarios para recuperar la producción agrícola.
Mientras muchos países en el mundo están tratando de multiplicar la producción, de estimular la producción, en Venezuela se va en sentido contrario. No hay créditos para los productores desde hace más de año y medio, la cartera agrícola y pecuaria desapareció de los bancos. Nosotros si quisiéramos invertir para poder a funcionar el sector como se hizo en la década de los noventa, no podríamos hacerlo y, es por ello, que necesitaremos ayuda internacional para poder reactivar nuevamente el sector, indicó.
Comentó que los productores agrícolas venezolanos no pueden conseguir ayuda internacional actualmente, porque no hay credibilidad en las políticas y en lo que se hace en el país. No tenemos combustible, no tenemos insumos, no hay semillas y ni siquiera los aliados del gobierno están dispuestos a ayudar a los productores venezolanos, apuntó.
Calificó como un milagro que todavía se sostengan los productores, aportando 40% de la carne que se necesita en el país y 35% de la leche.
Concluyó señalando que los productores agropecuarios seguirán haciendo su trabajo. Sin embargo, exhortó al gobierno nacional para que garantice unas condiciones positivas que permitan un desarrollo sostenible de la producción en los campos.
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