Hogar La Ponderosa: un lugar en Caracas para el cuidado integral del adulto mayor con trastornos degenerativos

Cuando el ocaso llega, es conveniente que las personas puedan contar con lugares donde sean atendidos con profesionalismo, dedicación y vocación. Y esto es lo que viven los 12 adultos mayores que residen en calidad de huéspedes en el Hogar La Ponderosa, ubicado en Las Mercedes, Caracas; así como todos aquellos que solo van de visita a disfrutar de un day care, que puede ser en horas de la mañana o la tarde, según como lo desee el cuidador o familiar.

María Edith Anselmi, directora Operativa de La Ponderosa, quien es popularmente conocida como ‘Firu’, contó que se trata de “un centro de atención para adultos mayores con trastornos neurocognitivos como alzhéimer, párkinson, huntington, cuerpo de Lewy y otras enfermedades degenerativas”.

La institución visualmente es identificada con el rostro semiabstracto de un adulto mayor que va perdiendo sus neuronas en buen estado, y es graficado con la R invertida en el nombre de La Ponderosa. La razón, según explica su directora operativa, “es para recordar que trabajamos con enfermedades degenerativas”.

Anselmi aclaró que no es cierto “el mito de un cuidador por cada dos huéspedes”. En la actualidad cuentan con 42, en su mayoría bomberos paramédicos que se encargan de brindar los cuidados necesarios a los 12 huéspedes permanentes y a quienes llegan de visita por un día o mediodía. “Aquí reciben terapias cognitivas, ocupacionales, fisioterapias, arte recreativa, sociabilidad, que es tan importante para ellos, y alimentación balanceada”.

Explicó que esta modalidad de atención es también un beneficio para los cuidadores principales: “Sobre todo, brindamos un espacio al cuidador principal para que mientras hace sus cosas nosotros atendemos a su adulto mayor, para mantenerlo lo más estable que se pueda”.

Una vejez acompañada

Durante el recorrido que realizó HispanoPost por La Ponderosa, se pudo ver a los adultos mayores disfrutar de una clase de música y actividades recreativas para que ejercitaran, en la medida de sus posibilidades, sus músculos y huesos. Algunos de ellos se animaron a tomar los instrumentos musicales o acompañar vocalmente al profesor de música, quien les cantó desde boleros hasta rock and roll.

Aproximadamente a las 12 del mediodía las actividades cesaron para que los adultos mayores tuvieran unos minutos de descanso antes de sentarse a la mesa a comer y compartir del almuerzo como una familia, pues -como explican sus cuidadores- son tratados como una gran familia de 12 miembros.

De hecho, por consideraciones médicas los adultos comparten cuarto. “Nos dimos cuenta que de esta manera duermen mejor, se sienten acompañados durante la noche y así evitamos que anden deambulando por la casa en la madrugada, corriendo algún peligro. Ellos están invitados a traer cosas que les permita personalizar sus espacios, como libros, fotos, plantas o cojines”, dijo Anselmi.

Anécdotas de un sueño

La Ponderosa fue un sueño de Anselmi desde la adolescencia, que hace cerca de cuatro años logró materializarse. Abogada de profesión, confiesa que desde niña se vio motivada por el cuidado de los adultos mayores cuando su papá medico hacía visitas a domicilio o la llevaba a alguno de estos centros de cuidado que, según dijo, no brindaban lo necesario para una vejez digna.

“Nace por la escasez de este tipo de instituciones en Venezuela, porque son personas que hay que saberlas tratar. Mi papá hacía visitas a domicilio en los 70 y 80 y yo veía que, en los ancianatos, tenían a estas personas ahí bien cuidadas, pero no hacían nada por ellos y me prometí que haría un lugar digno para ellos, donde se diviertan, sean felices y sepan que están vivos”.

Explicó, además, de dónde provino el nombre del centro. “Mi papá cuando se iba de visita médica decía: ‘Adiós, me voy a la ponderosa’ y cuando busqué en el diccionario qué significaba la ponderosa, me encontré que significa ‘la gran ayuda’, por eso escogí este nombre”.

Dentro de La Ponderosa la vida continúa como si estuvieran en su día a día, previo al ocaso de su enfermedad degenerativa, pues los cuidadores les dan dinero en efectivo -del cono monetario que ya no está en circulación- el cual puede ser intercambiado cuando alguna de estas personas desea comprar algo que no esté en el menú del día o que necesite.

“Un día una de las señoras quería un helado. Le preguntamos si tenía dinero y me dijo que sí, sacó los billetes que le habíamos dado y por la tarde la llevamos a comerse su helado. Para ellos, el tener la oportunidad de tener dinero los hace sentir bien, porque creen que dentro de todo mantienen un poco de la independencia que trabajaron toda su vida”, contó a modo de anécdota el esposo de Anselmi, durante el inicio de la velada.

Pese a que Anselmi confesó que en principio sus familiares no aprobaron del todo su decisión de hacer realidad este sueño, hoy en día es prácticamente una vocación compartida con cada uno de sus familiares. Contó que su esposo dejó la fábrica de chocolates que dirigía para sumarse al cuidado de los adultos mayores, al igual que su única hija quien “ahora hasta les da comida en la boca”.

Para contactar al Hogar La Ponderosa pueden hacerlo por el número telefónico 0414.247.31.70 o a través de su cuenta en Instagram @hogarlaponderosa