Ignoran mensajes del sistema Patria: solo vacunan a las 250 personas que llegan primero a sede del Ipsfa

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Falta de disciplina por parte de los funcionarios encargados de velar que se cumplan las reglas para optar a la vacunación contra la COVID-19 y la viveza criolla son los principales factores por los que este proceso en el municipio Libertador de Caracas ha sido más un dolor de cabeza que un alivio para quienes son citados a inyectarse la dosis inmunizadora.

Andrés Rojas fue convocado a través de un mensaje de texto del sistema Patria que recibió el jueves 12 para que acudiera el sábado 14 de agosto al Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (Ipsfa), ubicado en Los Próceres, en el municipio Libertador, para ser vacunado. La convocatoria que fue ratificada el viernes 13 con un nuevo mensaje de texto, con sus datos personales y los del centro de vacunación que se le había asignado.

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Para su sorpresa, el proceso no era tan organizado como creía: “Me fui como a las 6:30 am, tal vez 20 para las 7 de la mañana. Estacioné mi carro en Los Próceres porque ya estaba abierto. Tenían a un grupo de personas que estaban listos para llevarlos a EPA, que creo es donde está el centro de vacunación y otro grupo que estaba afuera en el paseo Los Próceres”.

Dijo que cuando se acercó al grupo que se encontraba del lado del local comercial de EPA no lo dejaron entrar: “Me dijeron que tenía que ir a donde estaban un funcionario del ejército y un miliciano, a ambos les pregunté. Estaban pasando un primer grupo, me dijeron que ya yo no calificaba porque los números los habían entregado entre 5:30 y 6 de la mañana y que yo tenía que llegar temprano”.

En el Ipsfa ignoran los mensajes que son enviados a través del sistema Patria. Solo entregan 250 números al día a las primeras personas que llegan, detalló Rojas. “Cuando les pregunté que era para ello, llegar temprano, me dijeron que a las 4 de la mañana. Cuando pregunté de qué sirve la cita, el miliciano me dijo que no les prestaban atención a los mensajes de texto, sino que la persona venga temprano y agarre el número. El funcionario del ejército me dijo que podía ir cualquier día, pero la condición es que llegue a las 4 am para que entre en el grupo de los 250 números que entregan a diario”.

Trampa para vacunarse

Hay otras personas que han contado que han preferido esperar pacientemente a que les llegue el mensaje de texto con la hora y el lugar dónde les corresponde vacunarse. Sin embargo, no faltan quienes atribuyen al miedo a contagiarse, a la “angustia porque se acaben las vacunas” o a la desconfianza de “a mí nunca me va a llegar ese mensaje” el hecho de que acuden a los puntos de vacunación en los municipios Libertador y Sucre sin el respectivo mensaje.

En los siguientes testimonios serán cambiadas identidades de los declarantes a solicitud de ambos, por temor a represalias. María, quien confiesa que no se siente orgullosa de lo que hizo, asegura que está mucho más tranquila por haber “echo trampa” con el mensaje de texto para vacunar a su abuela de 86 años de edad.

“A mi abuela le llegó el SMS para vacunarse en Charallave, que es donde vive, pero por la pandemia la tengo en casa de mi mamá en La California. Así que no podía vacunarse porque el SMS era para otro sitio. Después de perder un día ruleteando con ella para que la vacunaran y nos rebotaran de todos lados, un sábado me fui de madrugada a la Universidad Bolivariana de Venezuela y me puse a hacer la cola de tercera edad. Ahí conseguí el mensaje para ese lugar, pero se necesita el nombre exacto y me lo mandé a mi celular con el número de cédula de mi abuela, es decir, falsifiqué el mensaje”.

Explicó que dado a que posee un teléfono iPhone eso le permite guardar el contacto sin que se vea el número remitente. “Ese día rebotaron un montón de gente porque en los Android aparece el número de quien envía y se dieron cuenta que el mensaje era falso. Hasta llegaron a amenazar con meter presos a los que estuvieran haciendo eso por estafa, pero a mi abuela le revisaron el SMS, compararon con la cédula y la vacunaron. Ya tiene la primera dosis de la Sputnik V. Orgullosa no estoy, pero sí tranquila. Debería haber un protocolo para aquellos que no están en sus regiones y les llega el SMS, no deben ser tantos”.

Luis, por su parte, dijo que toda su familia se vio beneficiada con un solo mensaje que le llegó a una de las integrantes de la tercera edad: “Me pasé el mensaje de un teléfono a otro para vacunarme en la UBV. Luego hice una cola de tres horas y me vacuné. Le llegó a una persona mayor de la familia y todos nos reenviamos ese mensaje”.

Andreína González, quien se encuentra a la espera de la segunda dosis, recuerda que el día que se vacunó por primera vez se presentó una protesta en el centro ubicado en el CDI Amelia Blanco, de la avenida Andrés Bello, a donde ella había acudido y pudo haberla dejado sin inmunización. “Primero buscaban a las personas con cita asignada y luego los de la tercera edad. Como a las 10:00 am comenzó una protesta porque no dejaban vacunar a los que estábamos en la cola e intentaron pasar a personas de un consejo comunal de Pinto Salinas, pero ante la protesta todos pasamos y nos vacunamos”.

No todo es malo

No obstante, también hay quienes cumplen las pautas o corren con suerte. Por ejemplo, Abigail Carrasquel recordó que su abuela y una tía, ambas mayores de 60 años de edad, fueron vacunadas con la primera dosis rusa en el Alba Caraca, durante el mes de junio sin necesitar el mensaje de Patria.

“A mi tía y mi abuela les salió madrugonazo en esa oportunidad y aún, como todos, esperan la segunda dosis de la rusa. En el Ipsfa el cuento de los números y el rebote es el pan diario sin importar si son de tercera edad y tienen mensaje”, contó.

Por su parte, Mariana Gómez dijo que se había vacunado en el colegio Andrés Eloy de Propatria: “Llegué a las 8:30 de la mañana, entré como a las 10, casi 11. O sea, duré como dos horas afuera y luego en el auditorio fue como una hora. A las 11:45, máximo 12, ya yo estaba vacunada. Fui sin mensaje, pero evidentemente le dan privilegio a quienes tienen mensaje. Pero si hay vacunas suficientes, se vacunan a los que no tienen el mensaje. La segunda dosis fue completamente más rápida, ni siquiera haces cola”.

También Andrea Baute corrió con “la suerte” de vacunarse sin mensaje y sin tanto trajín. “Yo fui con mi mamá, mi abuela, mi tío al bloque 1 del 23 de Enero. La primera vez que fui me dijeron que no había primeras dosis. Esperé como una semana y volví a ir. Me fui como a las 4:30 de la mañana, hay una cola para cada dosis. En ese momento estaban poniendo la Sputnik con la que vacunaron a mi abuela y a nosotros nos pusieron la china. A las 8:00 am ya yo estaba en mi casa, eso fue super organizado, rápido. Esa gente llega temprano, se activan. Primero pasan a los adultos mayores, luego a la segunda dosis y de terceros a la primera dosis, que por lo general es la cola más larga”, contó.

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Keissy Bracho
Keissy Bracho
Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Audiovisual Especializada en Comunicación Política, Opinión Pública, Marketing Político, Gestión de Políticas Públicas. Aprendiendo de Género

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