«La diáspora es señal de fracaso y está fuera de control al igual que la crisis social y económica del país»

El periodista Alonso Moleiro, en su videocolumna para HispanoPost, resaltó que la diáspora venezolana no empezó hace unos meses, es una sola, la misma desde 1997 luego de la crisis económica política y social que empezó a vivir Venezuela en los años 90, que tuvo entre sus últimos eslabones la crisis financiera de los ahorristas de aquel período.

Como fenómeno, inició de forma discreta en ciertas capas de la población y se empezó a profundizar conforme el chavismo empezó a expandir su hegemonía política sobre Venezuela, dijo.

«Durante estos años, al principio parecía un fenómeno de las clases medias y medias altas y ha tenido varios hitos”, indicó Moleiro.

Entre estos destacó “el pulso con las fuerzas opositoras en el lapso 2002-2004 que tuvo el chavismo; la victoria chavista del 2006 y 2012; el deterioro de las condiciones generales de vida en Venezuela; los graves problemas con los servicios públicos; el aumento inaceptable del hampa; el desabastecimiento; la pérdida del salario”.

Aseguró que “el Estado bolivariano hizo necrosis, la corrupción se extendió como un mal incurable, los ciudadanos terminan sintiendo que son víctimas de un Estado que les es hostil y termina produciéndose el fin del contrato social que cualquier ciudadano tiene con el país al cual pertenece, empieza abundar la gente que buscar otra parte donde celebrar ese contrato y llevar una vida en paz y productiva».

Advirtió que la diáspora «es la señal del fracaso. Es un fenómeno que está fuera de control, en la misma medida en que está fuera de control la crisis social y económica del país».

Moleiro agregó que «la diáspora aterriza en esta circunstancia tan triste y terrible que hemos tenido que ver con el asesinato de un migrante venezolano, un niño de un año de edad en manos de su madre, asediados por las fuerzas de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago».

«Es el punto más alto de una historia de fracaso, la historia actual del proyecto nacional venezolano, en el cual hay un divorcio entre lo que quiere el Estado de sus fines y lo que aspira la sociedad para sí misma», puntualizó.