Las posibilidades de negociaciones entre la administración de Nicolás Maduro y la oposición, liderada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, lucen lejanas tras los últimos eventos políticos en Venezuela, como la fallida Operación Gedeón o la conformación de un Consejo Nacional Electoral sin credibilidad.
El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, ve poco probable que se retomen los contactos en el corto plazo, aunque asegura que la negociación será la única vía de solución a futuro y donde se terminará.
Yo creo que en este momento está cerrada la salida electoral o no electoral. Ese es precisamente el nuevo reto. No salir, sino construir una puerta de salida en algo que se selló, dijo.
León sostiene que el CNE actual es impresentable para una salida electoral, porque ni es transparente ni funciona como árbitro negociado, aunque inclinado, para provocar unidad opositora alrededor de la participación.
Me resulta muy difícil imaginar que la oposición pueda evitar la fractura frente al tema de ir o no a la elección, lo cual es el peor escenario, pues se garantiza la abstención masiva y la incapacidad de convertir la elección, incluso no competitiva, en un momentum de lucha, afirma.
Acota que la posibilidad de que se produzcan acuerdos entre las partes es muy remota, como no sea para acuerdos muy puntuales alrededor de la emergencia de salud que, en todo caso, no me parecen relacionados con la posibilidad de un acuerdo político mayor que involucra parlamento o presidencia.
El presidente de Datanálisis explica que para lograr un nuevo acercamiento entre las partes hay varios disparadores que tendrían que activarse. Me parece que el más importante es que la oposición se reconozca finalmente en desventaja, porque hasta ahora ha actuado como si fuera el fuerte de la partida, de manera prepotente presionando a Maduro a salir sin tener realmente fuerza para lograrlo ni presionarlo.
Cuando reconoces el balance de fuerzas real y sabes que no arrancas ganando, entonces puedes establecer una estrategia de largo plazo que te lleva finalmente a trabajar en todos los tableros y no solo en uno de manera excluyente como hasta ahora. Si pretendes jugar binario al todo o nada, el resultado siempre es el mismo: nada, añade.
Destaca que la oposición debe diseñar un plan de largo plazo en el que siembras cosas más pequeñas para articularlas en el tiempo». Las transiciones no ocurren alrededor de un evento único, son una seria de eventos continuos y largos que merman la unidad de la revolución y logran presionar en algún momento negociaciones cada vez más importantes y liberadoras.
Con respecto a las elecciones parlamentarias a realizarse este año, manifestó que aunque una parte de la oposición llame a votar, la posibilidad de que sea unitaria es nula. Que la gente se motive por el llamado de líderes secundarios y debilitados de la oposición es nula.
La única oportunidad que veo en este sentido es que surja algún movimiento muy nuevo y fresco al estilo outsider, que se presente en esa elección por irreverencia y no porque plantea ganar. Que sea una especia de receptor de voto castigo y que se quiera ir a la elección para fastidiar a un chavismo que obviamente ganará, pero podría construir algo a futuro, dijo León.
No veo más oportunidad para los temas electorales que ser un mecanismo de ayuda para reconstruir grupos y líderes a mediano y largo plazo. Pero nada para la foto de este año, agregó.
Sobre el liderazgo de Guaidó, indica que se ha deteriorado evidentemente. Era normal. La evaluación de resultados lo deja muy complicado. Sin cese de usurpación ni gobierno de transición ni elecciones libres, puede pararse de cabeza para explicar todo el sacrificio, que es verdad, pero los logros concretos son nulos y la desesperanza gigante.
Sin embargo, León explica que el presidente de la Asamblea Nacional tiene una especie de inmunidad que le permite mantenerse como líder opositor a pesar del debilitamiento de soporte popular y esperanzas.
Es el único con un pilar de soporte institucional y que la oposición reconoce como legitima. Buscar un nuevo líder exige buscar cómo validarlo dentro y fuera del país y no parece que haya mecanismos claros ni rápidos para hacerlo, expresó.
Al ser consultado sobre qué pasará cuando culmine el periodo del actual Parlamento, respondió: Yo creo que la oposición no reconocerá las elecciones ni tampoco la comunidad internacional. Adoptarán la tesis de continuidad y seguirán siendo la institución simbólicamente legítima de la oposición y el país. Pero a mí me parece que eso la debilitará más y le hará perder simbología con el tiempo al no estar reafirmada por el pueblo y los votos.
León vaticina un futuro decepcionante para la oposición si no afina una estrategia clara. El tiempo jugará contra la simbología de continuidad y terminarán más parecidos a Arístides dando vueltas solo por el mundo o el presidente encargado de Cuba despachando desde un restaurante en la calle 8 de Miami y volviéndose irrelevante. Ese es el riesgo de no tener claro qué hacer. Y no está nada claro, concluyó.
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