Durante los últimos 24 años, Venezuela ha sufrido un gran retroceso económico, político y social. El modelo impuesto por el régimen solo ha generado más pobreza y desigualdad entre los venezolanos.
Hoy padecemos una emergencia humanitaria compleja que mantiene en la miseria a la mayoría en el país y ha obligado a más de 6 millones de compatriotas a migrar en búsqueda de las oportunidades que no encuentran aquí.
Nos encontramos en un momento clave en nuestra historia. Los problemas que enfrentamos necesitan soluciones, no más conflictos. Nuestra sociedad lleva años fragmentada y la tragedia que vivimos sólo crece.
Desde la Delegación de la Plataforma Unitaria entendemos que sólo a través de una discusión real se pueden alcanzar los acuerdos necesarios que consigan una salida a la crisis, que nos permitan reconstruir al país y que volvamos a vivir en una democracia plena.
Así, la propuesta del presidente colombiano, Gustavo Petro, representa una oportunidad para encontrar una solución. El encuentro de cancilleres y diplomáticos de Estados Unidos, países de Europa y América Latina, puede ayudarnos a retomar el proceso de negociación, en consonancia a lo suscrito en el Memorando de Entendimiento de la Ciudad de México.
Estamos conscientes de que la negociación es la clave para materializar una nación próspera y de oportunidades para todos y por tanto, apoyamos todas las iniciativas promovidas por las democracias del mundo que sumen a solucionar la crisis que atravesamos.
Agradecemos a todos los que quieren una solución pacífica y política para Venezuela. Este trabajo es por y para los venezolanos, para aquellos más vulnerables ante la emergencia humanitaria compleja.
Nuestro esfuerzo siempre se ha enfocado en ayudar al ciudadano de a pie, ese que sufre a diario porque el salario no alcanza para alimentar a su familia, que debe luchar contras las dificultades por las fallas de los servicios básicos y no tiene los recursos para comprar las medicinas que necesita.
La reciente tragedia ocurrida en una sede migratoria en México, donde fallecieron al menos siete venezolanos por causa de un incendio, ejemplifica la necesidad de construir una solución para la crisis que vivimos en Venezuela.
Aquí también remamos juntos para los millones que están afuera enfrentando xenofobia, con miedo y preocupación sobre su destino incierto, para que en un futuro muy cercano puedan regresar a su hogar y tener las oportunidades que salieron a buscar en otras tierras.
Por nuestra parte, nunca hemos suspendido el proceso de negociación. Entendemos que los acuerdos son la herramienta para salir de esta pesadilla en la que nos encontramos y nuestra invitación al régimen, que ha demostrado una conducta errática que ha dificultado el progreso y abordaje de temas fundamentales de la agenda acordada, es a continuar esta labor por todo el país.
Es nuestro deber histórico conseguir una vía que nos permita superar tanta tragedia. No podemos ni dejaremos de trabajar en cada espacio que podamos hasta conseguirlo. El posible reinicio de una negociación que sea fructífera será una buena señal.
Tenemos la más firme convicción de que este es el camino correcto y seguiremos adelante, siempre perseverando. No vamos a descansar hasta reconstruir a Venezuela.