Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Argentina, Mauricio Macri, señalaron este jueves su fuerte preocupación por la deteriorada situación de Venezuela y acordaron trabajar estrechamente para preservar las instituciones democráticas en ese país.
Al ser preguntado en el Despacho Oval sobre el anuncio de Caracas de que se retirará de la Organización de Estados Americanos (OEA), Trump respondió: «Venezuela es un desastre». Después afirmó estar «muy triste por Venezuela» y añadió que se verá «qué ocurre» a partir de ahora, sin entrar en detalles.
Trump ha criticado la situación en Venezuela varias veces durante lo que lleva de mandato, en particular durante sus conversaciones con presidentes de la región como Macri, el peruano Pedro Pablo Kuczynski o el colombiano Juan Manuel Santos.
Trump y Macri también echaron mano de su vieja amistad, que se remonta a su etapa como empresarios, para cerrar varios compromisos sobre comercio y ciberseguridad. Macri, que conoce desde hace décadas a Trump por negocios relacionados con el grupo de su padre, el empresario italiano Franco Macri, recordó durante ese almuerzo los «inexplicables desencuentros» vividos entre los dos países, al asegurar que el actual es «un momento maravilloso» para fortalecer y profundizar los lazos bilaterales.
El acuerdo más concreto que salió de las reuniones de este jueves en la Casa Blanca fue la creación de un grupo de trabajo bilateral sobre asuntos cibernéticos, orientado, en palabras de Trump, a «proteger los intereses económicos y de seguridad» de ambos países.
En cuanto a la ampliación del comercio bilateral, según la declaración conjunta de Macri y Trump, los mandatarios instruyeron a sus equipos a trazar un camino hacia la «resolución de cuestiones agrícolas» pendientes.
Finalmente, a pedido de Macri, Trump le entregó documentos de EE.UU. desclasificados «relacionados con los abusos en materia de derechos humanos» en Argentina durante la última dictadura militar, según recoge la declaración conjunta.
