El Fondo Monetario Internacional aprobó esta semana la mayor inyección de recursos en su historia. Son 650.000 millones de dólares destinados a apuntalar la recuperación económica global y ayudar a los países que deben enfrentar gigantescos niveles de deuda.
Sin embargo, Venezuela, que debería recibir 5.100 millones de dólares de este histórico paquete de ayuda para mitigar los efectos de la pandemia de la COVID-19, está excluida.
De acuerdo con Alberto Ramos, director de Investigación Económica de América Latina de Goldman Sachs, Venezuela es un caso excepcional. Agregó que, aunque le correspondería una asignación en Derechos Especiales de Giro (DEG), el FMI no le entregará los fondos “dada la discusión en curso sobre quiénes son exactamente las autoridades venezolanas”.
La razón, explicó el economista, es que muchos países -incluido Estados Unidos, que es el mayor accionista del FMI- “no reconocen a Nicolás Maduro como el presidente legítimo de Venezuela”.
Si el desembolso hubiese llegado al gobierno venezolano, sería aproximadamente el 80% del stock actual de sus reservas internacionales, señala BBC Mundo.
Los recursos aprobados por el FMI son una especie de fondos de reserva, conocidos como Derechos Especiales de Giro, a los que tendrán acceso los 190 miembros del organismo desde finales de este mes.
Cada uno recibirá recursos en proporción a la cuota de dinero que aporta a la institución, lo que explica por qué hay tanta variación en los montos disponibles para los diferentes países.