En el marco de la asamblea anual de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), realizada en Caracas, el ratificado presidente de la institución, Aquiles Hopkins, aseguró que de no cambiar la política agroalimentaria en Venezuela, los ciudadanos seguirán pasando hambre y trabajo, porque la producción en los campos ha mermado a niveles alarmantes.
El 2019 es el año número 12 de caída sostenida de la producción nacional. Cuando vemos los problemas que la población venezolana tiene para conseguir alimentos, en buena medida es por la caída de la producción. A esto se le suma la devastadora inflación, que ha licuado el poder adquisitivo del venezolano y, por supuesto, la falla en las políticas agroalimentarias implementadas por el régimen de Nicolás Maduro, indicó.
Afirmó que los resultados de la agricultura en lo que va de 2019 representan récords históricos negativos, ya que la producción de la mayoría de los rubros y de todos los que conforman la dieta del venezolano retrocedió a niveles de cuatro y cinco décadas atrás.
Si la agricultura en 2018 parecía tocar fondo, este año penetrará en el subsuelo. En el ciclo de invierno, pese a haberse comportado climáticamente de manera benigna en algunos rubros y regiones, la superficie sembrada se redujo sensiblemente con respecto al año pasado, básicamente por el desabastecimiento de insumos, limitaciones crediticias y la inhabilitación de maquinaria parada por falta de repuestos, explicó.
Al ser consultado sobre como revertir esta crítica situación del campo venezolano, Hopkins señaló que es necesario acabar con el monopolio y la centralización del Estado.
En Venezuela debe haber un cambio total en lo que es hoy el papel del Estado y el papel del sector privado. Tiene que haber un Estado que se ocupe de gestar las políticas del sector productivo, para que el sector privado pueda operar. Hoy tenemos un Estado que pretende ser productor y de eso no sabe nada, hoy tenemos un Estado centralista y monopólico que es quien nos ha llevado a esta crisis que hoy en día vivimos. Esas desacertadas políticas impuestas deben cambiar y para eso estamos los productores del campo, para trabajar juntos siempre y cuando nos ofrezcan condiciones, seguridad jurídica, se eliminen los controles de precios. Esas son condiciones básicas para que el sector privado se dedique a impulsar el trabajo y garantice la soberanía alimentaria nacional, precisó.
En cuanto al último paquete de sanciones aprobadas por el gobierno de Estados Unidos, las cuales podrían obligar a un cambio en las políticas del régimen de Maduro, ya que el Estado se podría convertir en el principal comprador de alimentos a los productores nacionales, el presidente de Fedeagro mencionó que duda mucho que este escenario sea factible.
El Estado siempre ha sido el gran importador en Venezuela, ahora veremos si se convierte en el gran comprador. Si el Estado pretende monopolizar la compra de alimentos en Venezuela, pues ya sabemos que es lo que viene. Si seguimos haciendo las mismas cosas, seguiremos teniendo los mismos resultados. El monopolio y el centralismo del Estado es lo que nos ha traído a esta desastrosa crisis agroalimentaria que hoy vivimos en el país. Si el Estado comprende que lo que hay es que impulsar y apoyar al sector privado, las cosas cambiarán para bien. Si reincide en el error, seguiremos mal, sentenció.
Con respecto a los ofrecimientos de posibles alianzas entre la administración de Maduro y el sector privado, indicó: Con palabras no se llenan los anaqueles, si no con hechos y con acciones. Mientras se siga monopolizando la venta y distribución de fertilizantes, mientras se siga dando prioridad a los aliados del gobierno para la siembra y no a los verdaderos productores, mientras se siga torpedeando al que produce y mientras se pretenda que el Estado controle parte de la producción para sus programas, entonces no puede ser posible una alianza.
En la Asamblea de Fedeagro se presentó una propuesta que va de la mano con el Plan País Agroalimentario, la cual busca lograr la recuperación de la producción agrícola y agroindustrial, el abastecimiento y el acceso a alimentos básicos y una serie de programas bien estructurados para iniciar la ruta del crecimiento y desarrollo del país.
Hace falta una renovación. Rompamos entonces paradigmas y apostemos por la agricultura, dijo.
Producción de carne por el suelo
En la década de los 90, se producía en Venezuela el 97% de la carne que necesitaba el venezolano producida y el 70% de la leche que se consumía. Todo esto se desbarató gracias a las malas políticas económicas, que acabaron con el aparato productivo del país. El venezolano actualmente consume 8 kilos de carne de res al año y debería consumir un aproximado de 25 kilos, aseveró el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, Armando Chacín.
Precisó que la producción de leche en el país, esta por debajo de los 3 millones de litros por día, cuando el número optimo para cubrir la demanda nacional es de 10 millones de litros.
Con respecto a las políticas agroalimentarias, no tenemos timón, no hay líneas que nosotros podamos sostener, no tenemos insumos, no tenemos combustible para poder prender nuestras maquinarias, no tenemos combustible para poder verificar los trabajos que se están haciendo en las finca y, básicamente, no tenemos la capacidad de comprar insumos porque nuestra estructura de costos está definida en dólares y tenemos que comprar las divisas en el mercado en el que los oferten, puntualizó.
Chacín afirmó que los ganaderos seguirán trabajando en los campos venezolanos, pero aclaró que cada día hay menos vientres. Para poder cumplir con los compromisos, estamos mandando más vacas al matadero. Al hacer esto hay menos pasto y, por supuesto, el inventario cada día es menor. De 17 millones de cabezas ganado que tenía el rebaño nacional en la década de los 90, hoy en día estamos por debajo de 9 millones y eso es muy preocupante porque se ha incrementado el contrabando de extracción hacia Colombia.
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