La reciente película protagonizada por Javier Bardem, dirigida y escrita por Sally Potter, es densa, pero tan entretenida y verosímil, que llega a conmover. A pesar de que la trama es lo suficientemente asfixiante como para desear dejar de verla en cualquier momento, no puedes abandonarla.
Muy a pesar de lo trágico que resulta, este largometraje, también protagonizado por Salma Hayek y Elle Fanning, es por sobre todas las cosas una oportunidad de conocer la vida de personajes cálidos, cercanos, reales, que no te dejan apartar la mirada de su realidad y los golpes (miles de moretones) que les dejó la vida.
Hacer una película como Los caminos que no escogemos podría suponer un problema, ya que no caer en el melodrama y la cursilería es muy difícil si vas a contar una historia que de por sí es pesada. Sin embargo, la directora y su elenco pasan la prueba para brindarnos un largometraje donde la mesura es el ingrediente número uno. Le siguen la objetividad y su tono fundamentalmente descriptivo que busca contar la historia sin casi tomar partido.
La película, que vuelve al pasado del protagonista para mostrarnos las razones que lo han llevado hasta su presente, expone las tragedias que nos presenta de una forma parca. Si llegas a llorar con algunas escenas se debe fundamentalmente a que vas a creer en una historia que aunque en algunos momentos se puede tornar desagradable, la mayoría de las veces revela los sentimientos de los personajes principales de un modo en que nos permite ser parte de la narración. Supongo que todo también tiene mucho que ver con la calidad de las actuaciones, aunque diría que se debe mayoritariamente a las ideas que están detrás de las circunstancias que se nos muestran.
Los caminos que no escogemos es un ensayo sobre lo cambiante que puede ser la vida y el modo en que una persona, puede vivir en una existencia, varias. La vida se transforma en cada instante, eso lo sabemos, pero acá las elecciones del protagonista (mayoritariamente) son el detonante para que esos cambios se presenten.
Escoger una calle u otra, hablarle a un amigo o no hacerlo, quedarte con una mujer o abandonarla. Cada elección puede generar una avalancha de cambios que podrían modificar el curso de los acontecimientos de la propia existencia y de la ajena. Decidir es una responsabilidad porque tiene implicaciones. En la cinta lo que se deja atrás puede ser tan importante como lo que se elige.
?Decisiones, cada día, alguien pierda, alguien gana? dice Rubén Blades en la famosa canción incluida en su álbum Buscando América (1984), en la película la vida del protagonista estará relacionada con sus decisiones, con todo aquello que dejó atrás, lo que no eligió.
La película narra un día en la vida de un hombre con demencia y su hija. En esas 24 horas, él viaja al pasado en múltiples ocasiones.
Este drama psicológico maneja a la perfección el suspenso y deja un final abierto que cada uno podrá interpretar como mejor le parezca.
Quizás la película en sí misma puede parecer contradictoria e incoherente en ocasiones. No obstante, solamente para pensar en lo que sugiere vale la pena.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol