El gobierno de Nicolás Maduro envió a algunos de sus altos funcionarios a China en busca de inversiones energéticas con el objetivo de revitalizar la industria petrolera del país de cara a las elecciones presidenciales de 2024, según informaron a Bloomberg fuentes cercanas.
La vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y el ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, Pedro Tellechea, arribaron a Shanghai el martes como parte de la delegación venezolana de mayor jerarquía que visita el gigante asiático en los últimos cinco años.
El propósito principal de su visita -reseña la agencia de noticias- es explorar posibles acuerdos de empresas conjuntas entre China y la estatal Petróleos de Venezuela. Detrás de ello, Maduro busca recaudar fondos adicionales aprovechando la inmensa riqueza petrolera del país antes de su esperada candidatura para un tercer mandato presidencial el próximo año.
La estrecha colaboración entre Pekín y Caracas cobra importancia en medio de la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China en la región. La visita de la delegación venezolana se produce en un momento en el que la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, busca involucrar a funcionarios venezolanos en conversaciones destinadas a levantar las sanciones a cambio de garantizar elecciones justas el próximo año.
En mayo, el ministro de Petróleo venezolano anunció que su Ministerio había estado trabajando en estrecha colaboración con funcionarios de la Corporación Nacional de Petróleo de China en un conducto renovado que eliminaría intermediarios y permitiría el envío directo de crudo. Según datos recopilados por Bloomberg, actualmente, CNPC produce 80 mil barriles por día, la mitad de la cantidad que bombeaba en 2015.
La agencia recordó que China se convirtió en un prestamista clave para Venezuela en 2007, cuando proporcionó fondos por primera vez para proyectos de infraestructura y petróleo bajo el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez.
Según datos públicos, Pekín prestó más de 60 mil millones de dólares en préstamos respaldados por petróleo a través de bancos estatales hasta 2015, estableciendo un nivel de inversión diplomática y financiera sin precedentes en América Latina y otras regiones.