El pasado 28 de noviembre, a las 18:00 hora local de Bolivia, partió el vuelo CP-2933 de la aerolínea Lamia. Iba lleno de sueños y emociones del equipo brasileño Chapecoense que se dirigía a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana. Sin embargo, nunca llegaría a su destino.
Aproximadamente a las 22:00 hora local de Colombia, el avión presentó fallas eléctricas y de combustible. Se declaró en emergencia y finalmente se estrelló a las afueras de Medellín. El accidente aéreo dejó un total de 72 fallecidos y 5 sobrevivientes.
El hecho conmocionó a todo el mundo del fútbol y diferentes clubes le rindieron homenaje a la memoria de estos soñadores que por primera vez iban a jugar una final de la Copa Sudamericana.
Por su parte, el Atlético Nacional de Medellín, el equipo contrincante, le solicitó a la Conmebol que le concediera la copa al equipo Chapecoense. Estos la recibieron de mano del Sata Fe, su anterior dueño.
Finalmente, los familiares pudieron despedirse de sus seres queridos este sábado, cuando los féretros llegaron al estadio Arena Condá, sede del equipo brasileño. La directiva le rindió un emotivo homenaje a las víctimas que duró aproximadamente cuatro horas y luego los restos fueron trasladados hasta el cementerio para ser enterrados.
