La industria nacional también ve con preocupación la reforma de la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, aprobada el pasado jueves 3 de febrero, por la Asamblea Nacional (AN). Así lo señaló el primer vicepresidente de Conindustria, Francisco Acevedo, quien además aseguró que esta decisión de la administración de Nicolás Maduro podría frenar la inversión y perjudicar al sector privado venezolano.
Sin embargo, resaltó la disposición del sector a seguir trabajando para vencer las trabas que le ha impuesto el Ejecutivo nacional, a fin de mantenerse en la competencia contra los productos importados. Aquí, lo dicho por Acevedo:
-¿Qué impacto tendrá el el impuesto a las transacciones en dólares en la industria?
-Lo más importante a resaltar es que el impacto no es solamente a la industria, sino a todo el sector económico de Venezuela. El impacto que va a tener este decreto en la industria, básicamente, tiene que ver con un aumento en los costos, un problema con la transaccionalidad y va a incentivar la informalidad o a un aumento de la informalidad.
-¿Podría desestimular la producción y la inversión?
-Yo creo que el impuesto va a desestimular la inversión, más que a la producción. La producción se mantiene ahí, pero este es otro impuesto más. Hay una voracidad fiscal muy fuerte en Venezuela y eso es un motivo para que las inversiones, o las nuevas inversiones, se lo piensen mucho para regresar a Venezuela.
A medida que la voracidad fiscal siga creciendo, va a haber menos interés y menos incentivos para nuevas inversiones. Entonces, este nuevo impuesto, que viene a sumarse a la cantidad de impuestos que están afectando al sector formal en Venezuela, es un incentivo a desestimular las inversiones en Venezuela.
-¿Cómo se encarecerán los costos?
-En la medida en que el impuesto sea de un porcentaje más alto, se encarecen más los costos; tomando en cuenta que ese 2%, que es lo mínimo, lo encarecerá 2%. Pero si esas transacciones pasan por varios intermediarios hasta llegar al consumidor final, el 2% en cada parte de la cadena puede llegar a representar hasta 10% o más de incremento para el consumidor final.
-Uno de los temores que hay es que esto signifique que el consumidor asumirá el incremento porque eso se trasladará al precio final. ¿Ustedes hicieron alguna recomendación al Ejecutivo, en este particular?
Las recomendaciones que se hicieron al Ejecutivo fueron, en primer lugar, que buscarán que el monto fuera menor y se ampliará la base tributaria al haber metido a las personas naturales, pero que eso llevará a que bajaran el monto para evitar la evasión y evitar un mayor incentivo hacia la informalidad. El país tiene una alta informalidad a nivel de negocios, consecuencia de la voracidad fiscal y esto lo que hace es un incentivo más a la informalidad y un impacto mayor al sector formal de la economía y a las empresas formales de la economía.
–¿Fueron escuchados por el Ejecutivo?
-No fuimos escuchados desde el punto de vista de que no se aplicaron ninguna de nuestras recomendaciones. Posiblemente escucharon, pero no fueron tomadas en cuenta. El concepto de “escuchar” habría que entenderse, porque escucharon lo que les dijimos, pero nada de eso fue aplicado.
-¿Cómo el sector privado enfrentará este nuevo impuesto, en vista de que hay otras factores que también afectan a la producción?
-El sector privado sigue luchando contra la voracidad fiscal, contra las trabas que nos pone el gobierno y sigue luchando por mantenerse activo y produciendo para Venezuela. Siempre lo decimos desde Conindustria, siempre vamos a estar perseverando y haciendo lo posible por sobrevivir para hacer de nuestras empresas rentables y sostenibles a largo plazo. Ese es el objetivo de cualquier industrial.
Indudablemente que enfrentaremos este nuevo impuesto con dificultad. Buscaremos la manera de poderlo afrontar de manera correcta, aunque esto, lamentablemente, termina tragando los costos y estos costos terminan encareciendo los productos, por lo cual nos hacemos menos competitivos.
Si a eso le sumamos el anclaje cambiario o la diferencia tan importante que hay entre devaluación y depreciación, pues el sector industrial venezolano cada vez se encuentra en una situación más difícil y más compleja para ser competitivos frente a los productos importados.