El Daniel Coronell que yo conozco

- Publicidad -

Mi honrosa amistad con Daniel Coronell nació hace muchos años (no recuerdo cuántos) pero me es imposible olvidar que se fortificó cuando, en los días sangrientos y oscuros para Colombia de los dos gobiernos consecutivos de Álvaro Uribe (2002-2006 y 2006-2010), una mañana recibí en Bogotá copia de una carta a la Presidencia de la República que alcancé a considerar una chanza. En ella, un senador demócrata de los Estados Unidos exigía respetar nuestras vidas, con nombres propios, de periodistas amenazados, así como nuestro derecho a ejercer la profesión. Tanto Daniel, como yo (él más que yo) éramos blanco de persecuciones, amenazas y campañas soterradas de infamias, mandadas desde el despacho presidencial, en la Casa de Nariño. Aquel senador se llamaba Barack Obama.

            Daniel Coronell, aunque sobra decirlo, es el periodista más leído y respetado de Colombia. Sostiene una columna de denuncias arrolladoras en la revista Semana, de Bogotá, y al mismo tiempo desempeña la Presidencia de Noticias de Univisión, la cadena de habla hispana más grande del mundo. A pesar de sus agobiantes ocupaciones, tiene una virtud que he encontrado en muy pocos jefes de mi gremio: atiende con seriedad a todo el que lo busca y él mismo se encarga de rechazar con franqueza las ofertas de información que le llegan y de aceptar y poner en marcha las que le sirven. La misma característica de idoneidad la tiene Felipe López, dueño y presidente de Semana, como la tuvo el memorable Carlos Castañeda, que en paz descanse, en El Nuevo Herald. En la mayor parte de los medios el jefe permanece escondido en almuerzos y cenas estériles de muchas horas o hablando por teléfono, con los pies sobre el escritorio, al final de una cadena de baches insalvables, compuesta por secretarias y asesores y esto se refleja en la mediocridad informativa.

- Publicidad -

            La verdadera clave del éxito de Coronell y de López, como lo fue de Castañeda, ya la había revelado generosamente Hemingway en la apasionante entrevista que le hizo en 1958 George Plimton para la revista The Paris Review: es necesario tener «un detector de mierda incorporado, a prueba de golpes».

            El detector de Daniel Coronell está toreado en siete plazas, desde cuando, siendo casi un niño, hizo parte del mundo provincial de la radio en la ciudad colombiana de Villavicencio y estuvo al lado de escritores de avisos publicitarios memorables, tales como: «Papelería Atenas, que, como su nombre lo indica, es la que más barato vende» o «Se vende máquina de escribir para señorita que no se le montan los tipos».

            Ha sido profesor universitario en las colombianas Los Andes y Javeriana, invitado en Stanford y en la Universidad de California, en Berkeley. Tiene estudios de especialización en Suiza y España y ha ganado, merecidamente, creo que todos los premios de periodismo que existen. Ha escalado todas las posiciones en el periodismo de televisión, de manera que conoce las premuras del reportero callejero que fue buscando historias esquivas sin haber almorzado, y los albures burocráticos de la Presidencia de Noticias.

            Otro detector que posee Daniel le sirve para encontrar a los mejores periodistas. De hecho, en el noticiero colombiano de televisión Noticias Uno, de su propiedad, tiene en la subdirección desde hace años a uno de los mejores del país: Ignacio Gómez. La dirección la ocupa Cecilia Orozco, cuya agudeza es capaz de desentrañar cualquier misterio. Se llevó de El Nuevo Herald a Univisión a Gerardo Reyes, peso pesado del periodismo de investigación en el mundo, con quien también me honra una vieja y estrecha amistad que nació hace más de 30 años en la sala de redacción de El Tiempo, de Bogotá, en donde también aprendimos el arte de pasar el día por la calle buscando las mejores historias sin poder almorzar.

            Daniel Coronell es el autor de la mayor parte de las investigaciones de prensa más importantes de los últimos años sobre corrupción y Derechos Humanos en Colombia. Las ha publicado principalmente en su columna de Semana

con un rigor profesional que se convierte de inmediato en lección de periodismo en las escuelas del oficio en el país. Como en el juego de bolos, su tino ha tumbado funcionarios públicos de todos los niveles y realizado las más profundas e incuestionables investigaciones sobre la vida criminal del expresidente Álvaro Uribe, su familia, sus amigos más cercanos (incluido Pablo Escobar) y sus colaboradores. Ha desentrañado verdades dolorosísimas como el homicidio extrajudicial del magistrado de la Corte Suprema de Justicia Carlos Horacio Urán: Daniel descubrió que el Ejército lo sacó vivo y sano durante la toma terrorista del M-19 al Palacio de Justicia en 1985 y con ello probó que fue torturado y asesinado y su cadáver regresado luego al sitio de la tragedia para hacer creer que murió en medio del fuego cruzado.

            Durante su carrera, Daniel se ha ganado la admiración y el afecto del país inteligente y decoroso pero también se ha granjeado las enemistades de los más sórdidos criminales y corruptos, a los que ha puesto al descubierto con el único y exclusivo objeto de informar.

            Una velada con Daniel en Miami, y si va Gerardo Reyes mucho mejor, suele ser siempre el paseo más lúcido y documentado por los barrizales de la política, los negocios y el crimen en Colombia, pero también en México y casi toda América Latina. Espero que la siguiente velada sea en pocos días.

            Casi todo el mundo sabe que Daniel Coronell acaba de lanzar en Bogotá su libro Recordar es morir, un recuento antológico de sus investigaciones más significativas y los pormenores desconocidos de cada una de ellas.

            El suceso editorial ha sido registrado en todas partes y en una del centenar de entrevistas que concedió, quedé helado con esta declaración de Daniel:

            «Yo sé que cualquier día me van a pegar un tiro, de eso estoy seguro. No creo que vaya a llegar a viejo. He cultivado enemigos muy poderosos que todo el mundo conoce. Ahora va a ser más difícil porque no me tienen tan al alcance de la mano pero va a llegar ese momento”.

            Invito al ex senador Barack Obama tomar atenta nota.

- Publicidad -

Más del autor

Artículos relacionados

Lo más reciente

Kores celebra 50 años de creatividad e innovación

Kores, reconocida marca de productos escolares, manualidades, arte y oficina, celebra su 50° aniversario en la Isla de Margarita, en un encuentro que representa...

Ecuador demanda a México ante la CIJ por el asilo a Glas

Ecuador anunció este lunes (29.04.2024) que demandó a México ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por otorgar asilo al exvicepresidente...

Rafa Nadal necesitó más de tres horas para poder avanzar a los cuartos de final del Abierto de Madrid

El cuerpo de Rafael Nadal resistió su prueba más dura hasta ahora en el Abierto de Madrid, ya que necesitó tres sets y más...

¿Quieres recibir las notas de mayor interés en tu email?

Comparte con nosotros tu email y te haremos llegar las noticias de mayor relevancia directo a tu correo