Entramos al lugar en el que oran por igual todas las religiones

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    La tranquilidad envuelve el lugar. La naturaleza es el marco del paisaje urbano que se avista desde 220 metros que sobresalen en la ciudad de Panamá. Para llegar allí es necesario preguntar por un templo que fue construido en la década de los 70, el primero en ?América Latina, con sus características. Apenas en 2016 se inauguró el segundo de la región, en Santiago de Chile. Un lugar de paz, de meditación, de espiritualidad: el templo Bahá’í.

    Este sitio abre sus puertas 365 días al año, no solo para quienes practican la fe Bahá’í, casi la totalidad de sus visitantes son cristianos, judíos o musulmanes. «Dentro del templo no hay imágenes, no hay ritos religiosos, no hay sermones, no hay sacerdotes y la persona puede sentarse y orar en silencio» comenta Abdiel González, director de la Casa de Adoración Bahá’í quien agrega que una de las premisas fundamentales del lugar es que no importa la religión ni las diferencias sino la posibilidad de convivir en paz.

    La arquitectura del templo es visible desde varios puntos de la ciudad de Panamá. Su construcción terminó en 1972 y el diseño del edificio fue autoría del inglés Peter Tillotson con un presupuesto que superó el millón de dólares provenientes de los aportes de los seguidores de la fe Bahá’í, en todo el mundo. Es el mismo origen para su mantenimiento y por esa razón no reciben donaciones.

    La base de la construcción tiene forma de estrella con nueve puntas , explica González que tiene nueve puertas y una cúpula central. «Las nueve puertas simbolizan dos de los principios más importantes de la fe Bahá’í: la unidad de la humanidad y la unidad de las religiones, basado en que el nueve significa la culminación, es el dígito mayor del sistema decimal. La cúpula representa la unicidad de Dios, que solo existe un Dios que cobija a la unidad de la religión y la humanidad”. En el interior del lugar hay unos bancos orientados al lugar de la “Tierra Santa”.

    El bahaismo es un religión aún joven, apenas supera los 170 años y tiene entre siete y ocho millones de seguidores. Después del cristianismo es la creencia más dispersa de todo el planeta. Sólo existen en el mundo ocho templos y este fue construido en Panamá porque de acuerdo a las escrituras Bahá’í, el Istmo tendrá gran importancia en el futuro además de ser un lugar donde confluyen de todas las diversas regiones del planeta.