Instructor reivindica la historia y cría caballos españoles en Chile

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    Hacía más de 5 siglos que los caballos de pura raza española, que llegaron a América de mano de los conquistadores, no se veían por Chile. Pero 2 décadas atrás, un empresario equitador se empeñó en reconstruir la historia y volver a criar en los confines del mundo uno de los animales más bellos y nobles.

    Hoy el esfuerzo y la ilusión del chileno Felipe Ibáñez se ven recompensados con el máximo galardón que otorga la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española, el de Ganadero del Año.

    Los primeros pura raza españoles, como se denomina históricamente a los caballos andaluces, llegaron al Nuevo Mundo en el segundo viaje de Colón, quien por encargo de los Reyes Católicos desembarcó en 1493 en la isla La Española con 24 sementales y 10 yeguas que dieron inicio a la colonización equina de América.

    Cinco siglos después, en 1995, Felipe Ibáñez Scott y su esposa, Heather Atkinson -otra gran aficionada a los caballos-, viajaron a España para conocer de cerca la crianza de estos animales de pura raza.

    Posteriormente importaron tres sementales y tres yeguas de alta doma que Ibáñez le compró al ganadero español Manolo San Miguel. Eran los primeros ejemplares que llegaban a Chile desde la época de la colonia.

    Aunque su propósito inicial era introducir en el país el caballo de pura raza española, Ibáñez acabó fundando la primera escuela chilena del arte de la equitación clásica.

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