“La primaria se percibe como algo ajeno al entorno familiar de la gente porque está cargada de emociones negativas o confusas”

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El próximo 22 de octubre se realizará en Venezuela la elección primaria de la oposición para escoger una candidatura unitaria de cara a las presidenciales de 2024. Estos comicios internos nacieron, como se diría popularmente, “con plomo debajo de ala”. Desde su anuncio ha recibido ataques no solo de los voceros del oficialismo, afectos a la administración de Nicolás Maduro, sino también de los llamados «alacranes», que tampoco comulgan con las ideas de los representantes de oposición.

Entre las trabas que ha ido sorteando la primaria desde su nacimiento cuenta la negativa del Consejo Nacional Electoral (CNE) de colaborar con los equipos y maquinarias, por lo que tampoco se podrá contar con los centros de votación oficiales. Se optó por pedir la colaboración en iglesias y colegios -que, en su mayoría, se negaron por miedo a represalias- y casas de familia, entre otros.

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Posteriormente, algunos dirigentes que habían expresado su interés en participar se bajaron del autobús mientras realizan giras nacionales e internacionales, desestimando el esfuerzo. Lo más reciente fueron las declaraciones de quien fuera la vicepresidenta de la Comisión Nacional de Primaria, María Carolina Uzcátegui, quien, a un mes y medio de renunciar a su cargo, señaló lo que consideraba una serie de “irregularidades” en el proceso primario, que incluso ya se conocía cuando ella era segunda al mando de la referida comisión.

Para analizar este panorama, en HispanoPost conversamos con Pablo Andrés Quintero, politólogo, consultor político, asesor de comunicación y socio director de LOG Consultancy, quien ofreció una amplia visión de lo que considera podría pasar durante la elección primaria del 22 de octubre y, especialmente, posterior a esta fecha.

-¿Cómo ve la situación política de Venezuela de cara a la primaria?

-Podemos caracterizarlo con base en, número uno, está cargado de mucha incertidumbre. Es un proceso que tiene muchas preguntas y pocas respuestas. Es una primaria que carece de certeza, escenarios certeros, confianza interna dentro de los participantes a la primaria.

También podemos decir que es una primaria que no cuenta con las capacidades logísticas ni organizativas para llevarla a cabo con éxito. Además, tiene una característica muy particular y es que está alejada del metro cuadrado de la gente, de los temas de conversación de lo público venezolano, del elector.

Es una primaria que se percibe como algo ajeno al entorno familiar de la gente porque está cargada de emociones negativas o confusas. Es decir, la gente percibe la política en general y de cara a la primaria como un proceso que puede generar desilusión, que viene decantando en emociones negativas como la desilusión, la desesperanza, el desencanto y la poca utilidad que le genera al venezolano al día de hoy.

Parte de esta caracterización de lo que sería una primaria es que esta primaria no está diseñada, no va a estar bien ejecutada. Tiene ya muchísimos problemas internos y técnicos desde que la Comisión Nacional de Primaria eligió la autogestión, porque la autogestión para un proceso como éste requiere inversión de recursos, alta organización y capacitación, muchísimos voluntarios a nivel nacional, bastante organización y, lo más importante, planificación estratégica con todos los sectores que participan en este proceso.

El escenario es totalmente distinto porque estos sectores están enfrentados, se contradicen diariamente y cuestionan la primaria, porque carece de todos los requisitos mínimos y básicos para que esto sea exitosa, porque la autogestión se sobrevaloró y muchos actores políticos, incluso los miembros de la Comisión Nacional, ponderaron erróneamente el costo político de autogestionar un proceso de esta naturaleza, en un contexto tan hostil como el venezolano al día de hoy.

Además, subestimaron la capacidad que tiene el oficialismo en evitar que la gente participara en esta primaria. Se asumió que la primaria se realizaría en un contexto completamente democrático y resultó que la situación es todo lo contrario.

-¿Cuál cree que será el escenario después de la Primaria?

-El escenario después de la primaria es muy desalentador tanto para la ciudadanía como para los políticos y la comunidad internacional. Para la ciudadanía el escenario será de más confrontación frente a los diferentes actores y candidatos, lo que va a generar una baja en la intención de voto. Es muy probable que la gente sienta frustración y no entienda lo que está pasando, por lo que es posible que ponga mucha más distancia entre el político, los resultados de la primaria y la intención de voto; porque en esta Primaria no están dadas las condiciones para que sea exitosa.

Desafortunadamente, la oposición va a tener que vender, aunque la primaria salga mal, algo de éxito para poder reconquistar a su electorado. Sin embargo, este éxito es muy probable que se venda, aunque la cantidad de votos no sea suficiente para que tenga un éxito real de participación. Pero la oposición está en la necesidad de vender un relato exitoso para aumentar la intención de voto en la elección presidencial.

El escenario en cuanto a la ciudadanía veo mucha más desilusión y confrontación interna en la oposición. En cuanto a la comunidad internacional, siento que no va a estar con los mismos ojos puestos en lo que suceda en la primaria, sobre todo porque en el plano geopolítico los principales países que han estado ayudando a la oposición, promoviendo vías de diálogo y negociación, también tienen sus desafíos internos, tal es el caso de Estados Unidos, que tiene una elección presidencial el año que viene. Por otro lado, hay un desgaste emocional producto de tanta confrontación y desaciertos dentro de la oposición.

En cuanto a los dirigentes políticos, esta será una primaria que terminará de definir el rumbo político de cada quien y lo que menos se va a trabajar es la idea de unidad. Esta primaria va a generar, más bien, que muchos actores políticos se abran paso por su cuenta y traten de sumar apoyos para una elección presidencial. Esto puede poner en riesgo la legitimidad de las decisiones que se originen en esta elección primaria.

-¿Cómo es el ambiente político en la población?

-Creo que la población es la gran afectada de todo esto, de un lado y del otro. La población venezolana siempre ha sido el saco de boxeo de los políticos. La caracterizamos como una sociedad ocupada en sus asuntos del metro cuadro. Preocupada en su supervivencia, especialmente, en las regiones fuera de Caracas, donde todavía no llega la luz las 24 horas del día, hay fuertes racionamientos, hay escasez de agua, hay un debilitamiento excesivo de los servicios públicos y la situación es altamente hostil.

Creo que la población venezolana, nuevamente, está sumergida en la creencia de que la política no le soluciones los problemas puntuales ni le es útil. ¿Eso significa que las personas no vayan a votar? No, pueden ir a votar porque hay un interés por lo público y al final el voto representa un gasto de energía muchísimo menor a una protesta.

El voto es una herramienta de muy bajo costo político para la gente y termina siendo una forma de expresar el descontento de una forma segura, pero la población venezolana se siente absolutamente cansada y está en un momento en el que le ha dado la espalda al Estado porque no le responde, no le garantiza calidad de vida, prosperidad, sostenibilidad y certezas; pero también le ha dado la espalda a la clase política opositora porque ha jugado con su tiempo y paciencia. De alguna manera, la ha saturado de consignas de cambio que no se han concretado.

La oposición siempre les ha puesto fechas a las cosas y ha decretado escenarios inexistentes. Esto, a la larga, tiene un impacto emocional y una incidencia negativa en el comportamiento de la gente, sobre todo, cuando se acerca un proceso electoral y la gente no se siente positiva. También hay una variable, que es el impacto negativo de la desinformación en Venezuela, sobre todo, en la población que no tiene acceso a la información o a las redes sociales y ve el conflicto político como una nube negra.

-¿Podría resaltar la propuesta más interesante de cada uno de los candidatos a la primaria?Solo una y explique por qué le parece la más interesante?

-Los candidatos, según las encuestas más recientes, que tienen mayor popularidad son Henrique Capriles y María Corina Machado, pero son propuestas más que interesantes, son una más lógica o cónsona con la realidad. Tal es el caso de la propuesta política de Henrique Capriles, un candidato recordado por la mayoría de los venezolanos, pero también ha sido cónsono y coherente con su discurso.

Es decir, su propuesta política se ha centrado en lo económico. Ha centrado su mensaje en todos los sectores, no se enfoca en la venganza, sino que tiene un encuadre un poco más abierto. Su lenguaje les llega a todos los sectores, incluso al chavismo. Es un candidato que conserva en su discurso la idea de diálogo, reconciliación, encuentro y de negociación. Hay pocas contradicciones dentro de este candidato que emociona a la gente fuera de las redes sociales. Hay un elemento interesante en esto y es que Henrique Capriles tiene un soporte de partido grande, como Primero Justicia, y esta reciente alianza con Un Nuevo Tiempo.

Es un candidato con altas posibilidades de mover al país, de construir mayorías. Es un candidato que cuenta con el electorado de una gran maquinaria de estos dos partidos porque hay que recordar que una elección la ganan los partidos políticos, la movilización y organización, no las ganan las redes sociales, ni el calor de la discusión de las redes sociales. Creo que es una propuesta que puede ser positiva para unificar al país.

Otro elemento interesante en su propuesta es el respaldo de la comunidad internacional hacia este candidato. Se ha pensado por mucho tiempo que María Corina cuenta con un mayor respaldo de la comunidad internacional, pero no podemos olvidar que Henrique Capriles ha tenido una trayectoria política que le ha permitido construir apoyos fuera de Venezuela con países de la región, con gobiernos incluso de corte de izquierda que tienen mayor incidencia dentro del gobierno nacional que el que puede tener una candidata que abiertamente ha manifestado no ser de izquierda, la aplicación de más sanciones para Venezuela y no estar a favor de una negociación política.

Considero que la candidatura de Henrique Capriles es la más destacable, la más potable para el electorado y la que de alguna manera tiene más posibilidades reales de hacer política sobre realidades. La política venezolana es muy pintoresca y ha estado experimentando por mucho tiempo. Candidatos que ganan en las encuestas, pero pierden en la elección porque hay que recordar que la encuesta es la fotografía del momento y la elección es la expresión popular y la movilización de los partidos para unir fuerzas en un proyecto en específico.  

La candidatura de Henrique desde el punto de vista comunicacional es mucho más amplia e inclusiva. La de María Corina está enfocada en ir hasta el final, pero no se ha explicado qué significa eso y se cree que tiene que ver con un escenario de confrontación o a través de una Constituyente para defender esa candidatura, como lo explicó hace unos días la señora Blanca Rosa Mármol, que es parte de ese comando de campaña y también contempla el llamado a que los militares participen en un proceso de Primaria.

¿Agendas ocultas en el chavismo?

-Este juego de trancar la vía electoral, a sabiendas que esa es la principal exigencia de Estados Unidos para levantar la sanciones, ¿no le genera suspicacia en cuanto a un posible juego oculto desde Miraflores?

-Hay que revisar los cambios de posición de poder del gobierno venezolano respecto a 2019 y 2023. Vemos perfectamente que ha existido un reacomodo político. Una intención por parte del gobierno de volver a los mercados internacionales de fortalecer su relación comercial con sus aliados como Turquía, Rusia, China, Irán; y esto le molesta a la Casa Blanca, pero más allá de una molestia le genera ciertas dificultades desde la política exterior norteamericana. Las sanciones sobre Venezuela les están generando problemas a la política exterior de Estados Unidos porque, al día de hoy, hay un débil sentido estratégico.

Hay que recordar que Estados Unidos se enfrenta a una campaña presidencial en 2024 y esto es difícil de manejarlo porque las sanciones conllevan también a que Venezuela opte por fortalecer sus alianzas económicas, militares, tecnológicas, entre otras, con otros países que están alejados del continente. También hay que agregar que la estrategia de máxima presión que se contempló durante muchísimo tiempo no fue favorable para nadie, tanto es así que hoy Nicolás Maduro está en China y la Unión Europea se asoma con mucho más interés sobre Venezuela, revisando sus potencialidades de inversión.

Hay otro punto y es que los incentivos para regresar a la política de sanciones por parte de Estados Unidos no dependen exclusivamente de una candidatura o una inhabilitación. En Estados Unidos hay una idea de parecer que está interesado en tener un aspecto de rectitud, cuando en realidad no se corresponde con la realidad. Muchos políticos norteamericanos caen en eso, intentando demostrar que son buenas personas por imponer sanciones. De alguna manera buscando una excesiva exhibición de buena intención por parte de Estados Unidos con aplicar sanciones, pero esto es algo que solo funciona para la opinión pública y los medios de comunicación, esta falsa moral o alardeo de virtud.

Pero al costo político es bastante alto porque al final no cambia nada. Esta estrategia lo que buscaba era cambiar al gobierno y resulta que el gobierno no es que cambió, es que ha cambiado ciertas cosas dentro de él y al día de hoy está en una mejor posición política.

Por lo que creo que esta estrategia de trancar el juego electoral es porque el gobierno está en una mejor posición. El gobierno conoce el nivel de actuación y capacidad que tiene la política exterior norteamericana y siento que, de alguna manera, el gobierno está actuando desde una posición de negociador duro que tiene cosas que ofrecer. Yo no creo que exista un posible juego oculto en Miraflores. La administración de Nicolás Maduro ha sido bastante clara y concisa. Además, necesita vender como victoria la supervivencia porque esto mantiene la idea dentro del oficialismo que el gobierno es fuerte para poder ganar una elección, porque es parte de la propaganda electoral del oficialismo: la fortaleza, la supervivencia, el desafío constante ante amenazas extranjeras.

-¿Qué opinión le merece la estrategia desde la administración de Nicolás Maduro de enlodar a la primaria?

-La estrategia del gobierno de enlodar la primaria no es nueva ni una novedad. Tampoco debe ser sorpresa para los actores políticos, ya que muchísimos meses atrás eso era previsible. Es normal que quien está en el poder ponga obstáculos para generar abstención, desilusionar, desmotivar, desmoralizar.

Considero que es una estrategia lógica por parte de quienes están en el poder de desestibar la participación en la primaria. Lo contrario es caer en la ingenuidad de todos estos años y subestimar al gobierno nacional, pero cuando me refiero a ingenuidad es pensar que el oficialismo no aprovecha los quiebres y puntos débiles de la oposición y los saca a la luz.

Los aprovecha para dividir, fraccionar, poner a pelear a unos opositores con otros. Esto no es nada nuevo, pero tampoco nos puede sorprender porque representa una lógica de conservación del poder lo suficientemente normal que cualquier coalición de poder lo desarrolla en todos los escenarios.

Lo negativo de esto es que cuando hay violaciones a la Constitución se violan derechos políticos, se disparan escenarios de violencia. Pero a la oposición no le debe sorprender que el oficialismo actúe de esta manera cuando lleva muchísimos años trabajando en dividir a la oposición sistemáticamente e instarla un pensamiento de derrota y frustración constante que se traslada inmediatamente al electorado, promoviendo así dentro del campo de la psicología social un proceso de desesperanza aprendida o frustración permanente. Suele suceder durante los procesos electorales o cuando la oposición está mucho más enfrentada, incluso cuando algunos actores políticos conciben distintas formas para el cambio en el país.

-¿Considera que hay disposición de votar pese a declaraciones de voceros como la de María Carolina Uzcátegui, exvicepresidenta de la Comisión Nacional de Primaria, que pide aplazar el proceso, ya que a su juicio las condiciones no están dadas?

-La disposición a votar va a existir, tanto en la primaria como en la presidencial. Estos números van a subir y a bajar. Hay que recordar que en Venezuela hay un abismo de información gigante, el consumo de información política ha disminuido de forma considerable. No todo el mundo está atento a las noticias políticas, creo que lo ocurrido con la señora María Carolina Uzcátegui no es trascendental, no tiene tanto impacto en la intención de voto. Creo que sus quejas son legítimas, pero es una persona desconocida para la mayoría de los venezolanos.

Hay datos que podemos mirar, hay intrascendencia dentro de la información política venezolana. La gente no está procesando la información porque le abruma, está cansada y porque tampoco la entiende. Creo que no hay una relación directa entre una intención de voto por estas declaraciones. No va a tener mayor trascendencia.

Creo que la gente va a ir a votar, los niveles de participación no pasarán de 50%. Están muy por debajo y también la gente en Venezuela no está alineada emocionalmente con lo que quieren los políticos. La gente está refugiada en su trabajo, en creer que existe la posibilidad de cambio, pero ve que este cambio no está bien representado por los que están en la Comisión de Primaria ni por los candidatos que van a la primaria. Creo que esto es lamentable para la población.

Además, el oficialismo aprovecha esta situación para sacarle la mayor punta posible y de alguna manera esto diluye los esfuerzos de la oposición a que la gente vaya a votar. Las condiciones no están dadas y no es nada nuevo, no es una noticia porque ella lo haya dicho. Yo, por ejemplo, lo dije mucho tiempo atrás que era un riesgo la autogestión, pero era una crítica impopular porque se traduce como una ofensa para muchas personas o porque uno quiere contribuir a la apatía.

Pero creo que el que ella lo haya dicho ahora pierde todo sentido porque no es lo mismo señalar y trabajar dentro de la Comisión Nacional para mejorarlos que estando afuera. Yo considero que la señora María Carolina Uzcátegui tiene una agenda política totalmente distinta a la oposición y la Comisión de Primaria.

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Keissy Bracho
Keissy Bracho
Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Audiovisual Especializada en Comunicación Política, Opinión Pública, Marketing Político, Gestión de Políticas Públicas. Aprendiendo de Género

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