Las primarias del Psoe revivieron a Pedro Sánchez

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    Más del 50 % de los militantes del PSOE que votaron hoy -de un electorado cifrado en 187.949- eligieron a Sánchez como nuevo líder, frente al 40 % que apoyó a Díaz y el diez de López.

    En su primera intervención tras la victoria, Sánchez se dirigió a los millones de votantes progresistas españoles para decirles que trabajará con el objetivo de «acabar con la corrupción del PP y con los recortes que traen desigualdad social».

    «A partir de mañana tendremos un PSOE unido y el objetivo es La Moncloa» (sede del Gobierno español), proclamó Sánchez.

    Corresponde ahora al nuevo líder la tarea de intentar unir al PSOE y convertirlo de nuevo en alternativa de gobierno, una tarea difícil porque lleva años de declive y con el propio Sánchez como candidato ha cosechado los peores resultados del partido en las elecciones legislativas de diciembre de 2015 y junio de 2016.

    Su primera tarea será configurar una Ejecutiva de integración con los sectores de sus hoy rivales y que deberá ser aprobada en el Congreso Federal del 17 y 18 de junio.

    Por lo pronto, tras su derrota, López y Díaz salieron ante la prensa para ponerse a disposición del partido y trabajar junto al nuevo líde Pedro Sánchez fue elegido  secretario general de los socialistas españoles (PSOE) gracias al respaldo de la militancia, que le permite volver a un puesto que ya desempeñó entre julio de 2014 y octubre de 2016.

    Se trata de una relativa sorpresa, porque Sánchez había sido dado por muerto, políticamente, después de renunciar al cargo en octubre pasado tras quedar en minoría en una reunión de la dirección del PSOE que debatía su posición en la gobernabilidad de España.

    No sólo dimitió de la secretaría general, sino que dejó su escaño de diputado a finales de octubre para no verse obligado a favorecer la reelección como presidente del Gobierno del conservador Mariano Rajoy (PP).

    El papel del PSOE -primer partido de la oposición- en la gobernabilidad de España deparó un fuerte debate en el partido y fue al final el detonante de la dimisión de Sánchez, que durante semanas hizo famoso el lema «no es no», para expresar su rechazo al Gobierno del PP.

    La decisión final de los socialistas fue abstenerse y permitir así la continuidad de Rajoy en el Gobierno, y sobre el malestar que esa medida generó en los militantes Sánchez ha construido su campaña para volver al liderazgo del PSOE.

    Para ello ha seguido dos ejes que le han valido el éxito: recordar las medidas impopulares que Rajoy ha adoptado en estos meses de gestión y que disgustan a la militancia de izquierdas, y presentarse como candidato de las bases.