El problema del agudo desabastecimiento de gas licuado de petróleo (GLP) o de bombona se resuelve importando el combustible. Sin embargo, la administración de Nicolás Maduro descarta esa posibilidad por ser muy costosa y prefiere concentrar la prioridad en la gasolina, aseguraron fuentes del sector petrolero que solicitaron guardar su nombre en reserva.
«Traer gas es mucho más caro y complejo que traer gasolina, pues involucra buques especiales con medidas de seguridad más extremas y pago de fletes muy elevados», explicó un consultado.
Recordó que desde noviembre de 2019 Petroleos de Venezuela (Pdvsa) no importa GLP, el cual es necesario para los hogares y otras industrias, como la petroquímica que está paralizada por falta de gas.
El fin de semana, Maduro prometió que en noviembre habría suministro de gas al mercado interno a través del aumento de la producción nacional. También anunció la redacción de una nueva ley del gas.
«Si Maduro esta contando con la producción del Criogénico de Jose en el estado Anzoátegui, eso es poco viable debido a las malas condiciones operativas del complejo que, al igual que las refinerías, presenta falta de mantenimiento e inversion durante años», aseveró una de las fuentes.
El Criogénico procesa el gas de los campos Josepin y Santa Barbara y de San Joaquín en Monagas y Anzoátegui, respectivamente, los cuales por agotamiento y bajo mantenimiento producen menos gas y de baja calidad.
La capacidad de producción de gas en Jose es 52.000 barriles diarios, pero en la actualidad solo se procesa un poco más de 10% de esa capacidad y de forma intermitente.
Sobre la importación de gas, las fuentes indicaron que el proveedor lógico, por ser el más, cercano es Trinidad. No obstante, la isla está imposibilitada de hacerlo por las sanciones de Estados Unidos.
«Traer el gas de otras latitudes lejanas es más caro y engorroso para burlar las sanciones. Además, Maduro dejo clara la intencion de producir el gas en el país», insistió un consultado.
El viernes, las redes sociales reaccionaron en rechazo de un plan de suministro de leña a los Andes como combustible sustituto a la bombona, cuando, de hecho, muchos hogares, fundamentalmente en el interior del país, se han visto forzados a utilizar leña por la falta del combustible de bombona.
Según cifras oficiales, 81% de los hogares venezolanos utiliza GLP mientras que el 9% y 14% restantes usan electricidad y gas directo.
Respecto a este último, las fuentes indicaron que el gobierno de Hugo Chávez paralizó el plan de gasificación del país para el uso del gas metano directo en los sectores doméstico, comercial e industrial, pues abandonó la construcción gasoductos adicionales.
«Esto es una lástima. Venezuela es el octavo país del mundo con mayores reservas probadas de gas (197,1 billones de pies cúbicos) y no las aprovecha», dijo una fuente.
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