Filipinas desplegará a 7.500 policías y militares este martes con motivo de la procesión del Nazareno Negro, un evento de alto riesgo al congregar cada año a más de un millón de devotos en el casco histórico de Manila, informaron las autoridades.
Un millar de soldados, según las Fuerzas Armadas, se unirán a los 5.000 policías de la capital y 1.500 agentes de refuerzo de otras regiones del país elegidos para velar por la seguridad de las masas en torno a la Basílica menor del Nazareno Negro en el céntrico distrito de Quiapo.
Allí se encuentra el Nazareno Negro, una talla de madera de Jesucristo con piel tostada a la que muchos filipinos, especialmente de las clases populares, rinden una extrema devoción, hasta el punto de atribuirle su suerte y confiarle sus deseos para el futuro.
El año pasado más de 1,5 millones de personas acudieron a la procesión, en la que hubo más de un millar de desmayados y heridos debido a que numerosas personas tratan de aproximarse a la parihuela que porta el Cristo para tocarlo con la confianza de que esto les traerá buena fortuna.
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