En lo que va del año, la contracción económica, la aceleración de liquidez por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), así como la depreciación del tipo de cambio, la caída del consumo y el bajo poder adquisitivo de los venezolanos han sido factores claves para el estancamiento económico que ha registrado el país.
Ante esta realidad qué se puede esperar de la economía venezolana para el segundo semestre de 2023. ¿Mejorará o no? Los economistas Aarón Olmos y José Guerra analizan el panorama y ofrecen sus proyecciones para lo que resta del año.
Aarón Olmos, también profesor universitario, señaló que todas las variables macroeconómicas deberían reevaluarse ante las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que calcularon un crecimiento de 5% del producto interno bruto (PIB) en Venezuela.
«Eso tendría que corregirse de 5% a, por ejemplo, 3%. La economía a nivel general, en términos reales, no crecería en principio a la velocidad que se pronostica por esos entes multilaterales”, indicó.
Olmos agregó que “si la tendencia se mantiene igual para el semestre que queda de 2023, no estaríamos hablando de un crecimiento de 5% ni de 4%, estaríamos hablando quizás de una variación que podría ser positiva, pero de 2% o 3%».
Señaló que si esta tendencia no se llega a revertir para el segundo semestre de 2023, «lo más probable es que tengamos inclusive hasta un decrecimiento en la economía».
El economista precisó que el primer semestre del año pareciera que va a orientarse a una relación negativa en términos de crecimiento.
«Hasta ahora pareciera que no se está estableciendo ningún tipo de política económica coherente que revierta la gran tendencia que tiene la economía nacional, a orientarse otra vez a una situación de posible recesión económica, insuficiencia del salario, disminución del consumo, aumento de divisas por sobre la demanda de bolívares», subrayó.
Por su parte, el economista y miembro del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), José Guerra, recalcó que el primer semestre del año «no está terminando bien, porque ya durante el primer trimestre apreciamos una contracción económica de casi 18%».
Esta cifra, «ha sido verificada por distintas firmas consultoras que tienen datos sobre ventas comerciales como Ecoanalítica y Consecomercio, que dicen que hay una caída importante de la actividad económica», agregó.
Para Guerra, el segundo semestre de 2023 va a depender de varias circunstancias: aumento de la producción petrolera y mejoramiento del poder adquisitivo.
«En primer lugar, va a depender de si se consolida la recuperación de la producción petrolera, que ya ha alcanzado el tope de los 800.000 barriles por día con el aporte de Chevron, pero los técnicos han dicho que no va a ser fácil romper el umbral de los 830.000 o 850.000 barriles diarios porque se necesitarían otras inversiones que Chevron sola no va a poder hacer», sostuvo.
En segundo lugar, añadió Guerra, el mejoramiento o no de la economía venezolana también va a depender de si se recupera o no el poder adquisitivo de los venezolanos.
«Esto es una caída de la economía provocada por la insuficiencia de la demanda, explicada a su vez por salarios muy bajos. Si no hay salarios no hay consumo, si no hay consumo no hay demanda y si no hay demanda no crece la economía, esa es la lógica», puntualizó Guerra.
En ese sentido, acotó que el Ejecutivo nacional tiene una «restricción» en materia de ingresos. «Evidentemente lo que está percibiendo por ingresos fiscales, que podría dar para un aumento mayor del salario, no lo está dedicando al aumento del salario sino que lo está dedicando a otros gastos».
El representante del OVF explicó que para que la economía crezca a corto plazo 4%, tendría que crecer el consumo y elevarse la producción petrolera por alrededor de 20% «y eso no pareciera ser posible».
«Yo no veo que el esfuerzo propio de Pdvsa de para poner 100.000 barriles adicionalmente, que sería un aumento del 12% aproximadamente y que se recuperen los salarios», añadió el economista.
Consumo y poder de compra en picada
Aarón Olmos señaló que dada la situación económica actual del país podría cerrar el primer semestre de 2023 con una «variación negativa».
Al ser consultado sobre si podría mejorar o no la economía para el segundo semestre de 2023, fue claro al indicar que esto dependerá de las políticas económicas que ejecute la administración de Nicolás Maduro.
«Pareciera siempre estarse esperando una suerte de milagro, que se flexibilicen las sanciones, que alguna empresa gasífera, petrolera o energía pueda quizás ampliar su producción o conectar con la economía venezolana para que a partir de ahí quizás el Ejecutivo pueda tener algún respiro de algún ingreso por la actividad de estas industrias”, expresó.
Aseveró que lo cierto es que hasta ahora “las únicas políticas económicas visibles son el encaje legal y las intervenciones cambiarias. Y no necesariamente están deteniendo ni el alza de la inflación ni la aceleración del tipo de cambio».
Guerra advirtió que el poder adquisitivo del venezolano se seguiría viendo menguado si la situación económica actual no cambia en Venezuela.
«Estamos viendo que los bolívares compran cada vez menos y los dólares compran cada vez menos. Con el nivel de ingresos que se tiene, la cobertura de la canasta queda cada vez más cuesta arriba y con unos salarios que nominalmente pueden crecer tanto en cuentas nacionales como extranjeras, pero que no necesariamente compran tanto como antes», dijo.
Olmos destacó que «esto te habla de que no necesariamente se va a experimentar una mejora en el poder adquisitivo, no va a mejorar el consumo».
El experto detalló que para mejorar el consumo y el poder adquisitivo, se necesita mejorar la producción nacional y revalorizar el bolívar, disminuir la cantidad de liquidez «o si hay liquidez que esté respaldada por la producción y no estamos viendo eso».
Pronósticos sobre la inflación
De acuerdo a los datos que maneja el Observatorio Venezolano de Finanzas, José Guerra estima que la inflación del año 2023 podría cerrar con una variación de entre 300% y 500%.
«A nosotros, (la inflación) nos está dando unos 450% en anualizada hasta el mes de abril. El piso que yo le pongo a la inflación es de 300% y el techo es 500%, se ve muy grande del piso al techo, pero esa amplitud del rango está sujeta a un conjunto de incertidumbre que ningún analista venezolano puede hoy decir seriamente en cuánto va a cerrar», afirmó Guerra.
A lo que agregó: Sin ninguna duda, la tasa de inflación de este año va a ser mayor que la del año pasado y eso tiene que ver con la devaluación o depreciación del bolívar que ocurrió durante los primeros tres meses (de 2023), que está impactando y se sigue transmitiendo a los precios a futuro».