La coordinadora nacional del movimiento Unión y Progreso, Mercedes Malavé descartó que a través de medidas como la modificación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGFT) se procure mejorar la economía, y dijo que el Gobierno estaría preparando una receta sin ingredientes: sigue manejando su precariedad, corrige algunas cosas, pero ni el país ni la inversión le tienen confianza.
«La entrada en vigencias del IGTF es una oportunidad para reflexionar sobre si Venezuela está mejorando económicamente; una imagen que me viene a la cabeza es la de los ingredientes de una receta, porque no vale tener los pasos de la preparación si faltan los ingredientes. Lo mismo está pasando hoy en Venezuela, se están aplicando políticas monetarias, fiscales, pero faltan los ingredientes esenciales que son la inversión privada, nacional e internacional. Además, a Venezuela le hace falta mucho crédito para recuperar la red de servicios públicos, sanar la enorme deuda que tiene el Estado con jubilados y pensionados, y sobre todo, levantar la producción petrolera y de otros sectores primordiales para la economía», expresó Malavé en un video en su cuenta Instagram.
«Si nada de eso se produce, no servirá seguir los pasos de la receta porque el Gobierno sigue administrando la precariedad y no estamos estabilizando nada, solo habrá más inequidad social, aumentarán las carencias en el poder adquisitivo y es importante destacar que estas leyes fiscales tienden a empujar los precios y las personas seguirán viendo disminuidos sus ingresos».
En palabras de Malavé lo que está viviendo el venezolano es semejante a comer un sandwich de queso sin queso y una hamburguesa sin carne. «Aquí los ingredientes esenciales de esa receta no se conseguirán sin acuerdos políticos, sin consenso nacional con el sector privado, la fuerza laboral. Todo lo que permite generar confianza y aplicar verdaderas recetas económicas en un clima de inversión».
En este sentido, subrayó que esto tampoco será posible mientras sigan las sanciones, mientras el país tenga aliados inseguros desde el punto de vista democrático y jurídico: no hay confianza y el Gobierno cree que manejando su precariedad, corrigiendo algunas cosas, podrá mejorar la economía.
«La política es fundamental para aprovechar la bonanza petrolera. Esa es la llave maestra para cualquier cambio económico y que esté pueda llegar hasta la última persona, atender sus necesidades de enfermedad, pobreza y hambre».