Miguel Pizarro: El diputado de los 41 tatuajes

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    El diputado venezolano Miguel Pizarro Rodríguez, miembro del partido Primero Justicia, forma parte de la nueva generación de legisladores que tiene el parlamento de ese país y que se dio a conocer –como varios de sus compañeros- por las protestas estudiantiles del año 2007 contra el fallecido presidente Hugo Chávez, la reforma que se pretendió hacer a la Constitución para instaurar un régimen comunista y por el cierre del canal de televisión RCTV. 

    Pizarro tiene 28 años, es soltero, estudió Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela.  Su familia está marcada por el activismo político en movimientos de izquierda.  Su abuelo y su padre fueron exiliados políticos de Chile, tras el golpe de Estado que dio el general Augusto Pinochet en septiembre de 1973 contra Salvador Allende. 

    Su madre trabajó en la fracción de los partidos de izquierda en el antiguo Congreso de Venezuela, que fue la representación del Poder Legislativo en Venezuela antes de la Constitución de 1999 que creó la Asamblea Nacional y por ese desde muy pequeño correteaba por los jardines del Capitolio o los pasillos de la sede administrativa del parlamento.

    Fue presidente de la Federación de Centros Universitarios – la FCU – que es la organización cabeza del movimiento estudiantil en Venezuela. Es amante del heavy rock, de hacerse tatuajes – suma en total unos 41 – pero le teme a hacerse alguna impresión en los geniales. 

    Es un lector un lector empedernido pero detesta los libros de auto ayuda o la literatura de sexo explícito. Asegura que a sus amigos o amigas que han leído las “50 Sombras de Grey” les recomienda que se lean “La máquina de follar” del escritor norteamericano Charles Bukoswki. Juego futbol en la posición de defensa en un equipo integrado por diputados de la oposición y fanático del Caracas FC. 

    Es partidario de que en Venezuela se apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo, se permita el aborto bajo ciertas condiciones médicas y comparte la decisión del ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mújica, de permitir el consumo de marihuana. Por cierto, admite que se fumó un porro cuando estaba en la universidad.