Los ciudadanos de Río de Janeiro opinan sobre la nueva línea 4 de Metro. La incertidumbre sobre si las pruebas realizadas hasta el momento serán suficientes o no para evitar cualquier falla en el funcionamiento o un posible incidente es una de las preocupaciones entre los cariocas. Igualmente el hecho de que la línea termine en Jardín Oceánico y no en Alvorada, la principal estación de conexión en Barra de Tijuca, es otra de las críticas, así como la medida de que durante los Juegos Olímpicos, solo la familia olímpica, atletas y visitantes poseedores de la tarjeta Riocard, podrán hacer uso de esta nueva línea subterránea
Rodrigo Goulart de Oliveira, secretario estadal de Transportes de Río de Janeiro, asegura que se han realizado todos los test necesarios para garantizar su perfecto funcionamiento.
A pesar de las críticas, hay quienes ven con buenos ojos la ampliación de la red de Metro de la ciudad, e incluso afirman que ayudará a una mejor integración de la urbe.
La línea 4, que conecta Ipanema con el barrio de Barra de Tijuca, cuenta con 16 kilómetros de extensión y seis estaciones. Se calcula que la nueva línea transportará a más de 300 mil personas al día cuando esté totalmente operativa. Este 1 de agosto entra en funcionamiento por primera vez, pero será solo para atender al público que asistirá a las competiciones olímpicas.
Las obras, cuya conclusión estaba prevista seis meses atrás, ha tenido un coste de casi 10 billones de reales, más de 2 mil 600 millones de dólares.
Tras la finalización de las paralimpiadas, el 19 de septiembre, la línea estará abierta a todos los ciudadanos, pero solo en horario de 11.00 am a 3.00 pm, debido a la necesidad de realizar algunos reajustes en la misma.
Sobre la estación de Gávea que no será inaugurada con el resto de las paradas, Goulart ha afirmado que el Estado está buscando financiación para poder finalizar las obras. Aún así, aseguró que su inauguración está prevista en 2018.
