Hay todo un movimiento de lobby por parte de las principales empresas petroleras o energéticas europeas como Maurel & Prom, de Francia; Repsol, de España; ENI, de Italia; y Shell, de los Países Bajos y Reino Unido, en combinación con sus respectivos gobiernos y las cámaras binacionales en Venezuela para que Estados Unidos, antes de que culmine 2023, otorgue una licencia que les permita acordar negocios de gas natural con la administración de Nicolás Maduro y, en específico, con la filial responsable de los hidrocarburos gaseosos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), revela el semanario Exclusivas Económicas.
Los países europeos, a través de diferentes organizaciones, han estudiado el potencial y los requerimientos de inversión para que Pdvsa exporte directamente gas natural y lo haga a través de las empresas licenciatarias o lo envíe a Trinidad y Tobago para que sea procesado y exportado desde ese país hacia Europa, agrega la publicación.
El gobierno trinitario recibió el permiso de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC, por sus siglas en inglés) para negociar directamente con su homólogo venezolano y en específico con Pdvsa. Esa autorización, sin embargo, tiene un alcance limitado mientras no se logra que las empresas involucradas en el negocio gasífero también reciban un aval por parte del gobierno estadounidense.
¿Por qué la presión, la premura y el interés?, pregunta Exclusivas Económicas y responde: Sencillamente porque hay una demanda de gas natural que requiere Europa y que hasta febrero del año pasado en buena medida era atendida por Rusia, pero debido a la guerra con Ucrania ese suministro se ha ido cerrando. Estados Unidos y Qatar han pasado a jugar un aspecto relevante en el suministro; sin embargo, aún se requiere de mayor oferta y por eso la mirada está puesta sobre Venezuela.
Alemania, Francia y los Países Bajos son los que lideran ese movimiento. El propio presidente Emmanuel Macron envió un gesto de reconocimiento al gobierno de Maduro con la designación del embajador Emmanuel Pineda, quien ya presentó su credencial al primer mandatario venezolano. Pero hasta ahora son gestos sin la decisión final que depende de Estados Unidos, advierte el semanario.
“Si no hay una licencia de la OFAC, flexibilización o levantamiento de las sanciones del gobierno de Joe Biden, sencillamente es imposible que las empresas europeas se involucren en los proyectos de gas y menos pensar en exportaciones”, dijo una fuente de una sede diplomática en Caracas.
Los planes incluyen ayudar a Pdvsa a resolver la quema y venteo de gas que generan las operaciones petroleras en el oriente y occidente del país con el fin de aprovechar esa fuente de energía.