Postres venezolanos en las mesas de restaurantes

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    Hay postres con sello local que han sido recurrentes en las mesas públicas. Pero ante la nueva reivindicación de los sabores propios en distintos restaurantes, también se han rescatado dulces recetas tradicionales, que vuelven con propuestas renovadas.

    El negro en camisa, la torta de coco, los cascos de guayaba, el dulce de paleta de Carora son parte de ese repertorio que consigue nuevas propuestas en manos de cocineros que apuestan por ellos. También hay postres que han permanecido de manera constante en las mesas, pero que ahora conocen versiones renovadas. El bienmesabe es buen ejemplo.

    La chef Mercedes Oropeza, ahora en el restaurante Hajillo´s de El Hatillo, considera que los postres venezolanos siempre han estado en las cartas. Pero que en efecto, hay una vuelta de opciones que por un buen tiempo se habían dejado en el olvido. «Hay algunos que se dejaron de ofrecer quizá porque son muy elaborados. Llevan mucha paleta. Y cuando uno los hace y los pone en la mesa otra vez, la gente se emociona. Pasa por ejemplo con la torta de queso criolla. A muchos les  encanta verla en una carta».

    Los comensales reaccionan de manera distinta ante las propuestas: para algunos hay sabores que son un descubrimiento. Para los más adultos, pueden ser un pasadizo a otras épocas. «La receptividad de la gente es genial. Hay, por ejemplo, una generación que no conoce el majarete. Les explicas, lo prueban y les gusta. Y hay gente que lo conoce y que al comerlo puede soltar una o dos lagrimitas. Sí hay un público nuevo ávido de conocerlos y otro mayor que añora esos postres en las mesas», completa Oropeza.