Los Phillies de Filadelfia avanzaron a su primera Serie Mundial en más de una década, luego de despachar en cinco juegos a los Padres de San Diego, un equipo que parecía todopoderoso e invencible hace apenas un par de semanas, cuando lograron cargarse a los temibles Dodgers de Los Ángeles.
Si a mediados de agosto, a alguien se le hubiera ocurrido decir que los Phillies serían los campeones de la Liga Nacional, luego de derrotar a los Bravos de Atlanta y a los Padres de San Diego, probablemente lo hubieran encerrado por temor a la demencia.
Para el 15 de agosto, Filadelfia ocupaba el tercer lugar de su división, a diez juegos y medio del primer lugar. De hecho, es oportuno recordar que cuando terminó la temporada regular, los cuáqueros ocupaban el mismo lugar, ahora a 14 encuentros por debajo del líder del este, unos Bravos de Atlanta que habían desplazado a los Mets de Nueva York.
Asimismo, también vale acotar que los dirigidos por Rob Thomson fueron los últimos en apuntar su nombre en los Playoffs. Thomson asumió las riendas del equipo en junio, luego de que Dave Dombrowski –presidente de operaciones– anunciara la destitución de Joe Girardi como manager.
“Ha sido una temporada frustrante para nosotros hasta este punto, ya que sentimos que nuestro club no ha jugado a la altura de sus capacidades… sentí que se necesitaba un cambio y que una nueva voz en el camerino nos daría la mejor oportunidad”, confesaba el directivo en un comunicado.
Ahora, quién podría quitarle la razón a Dombrowski, luego del vuelco que dio la situación para la organización.
Filadelfia no jugaba una Serie Mundial desde el año 2009, cuando fueron derrotados por los Yankees de Nueva York en seis compromisos; siendo esta, también, la última vez que los neoyorquinos avanzaban al llamado clásico de otoño.
Previamente, en 2008, los Phillies se alzaron como los monarcas de las Ligas Mayores, después de poner fin a las aspiraciones del equipo revelación de aquella época, los Rays de Tampa Bay de Joe Maddon, liderados –el hoy veterano– por Evan Longoria.
El Jugador Más Valioso de aquella final fue el lanzador Cole Hamels, que tuvo la responsabilidad de abrir dos de los encuentros, trabajando por espacio de 13 entradas en las que le conectaron 10 hits y le fabricaron cuatro rayitas, pero recetó a ocho bateadores y se apuntó una victoria.
Los Phillies fueron campeones de la División Este del viejo circuito por cinco temporadas consecutivas, entre 2007 y 2011. Sin embargo, solo han alzado el título de liga ocho veces, en más de 100 años de historia.
Además, los cuáqueros han hecho sonar sus campanas y obtenido el título de campeones de la Serie Mundial, en tan solo dos ocasiones; la primera fue en 1980, con un equipo en el que figuraban Bob Boone (padre de Aaron Boone, manager de los Yankees), Pete Rose, Larry Bowa y el venezolano Jesús Marcano ‘Manny’ Trillo, entre otros.
Las claves del éxito
La organización de los Phillies de Filadelfia llevan años construyendo un equipo que les permitiera competir, que volviera a llevarlos a la tierra prometida y con la oportunidad de conquistar una nueva corona.
Para ello, en 2019 depositaron toda su confianza en Bryce Harper, la joven estrella que probaba por primera vez la agencia libre, luego de haber maravillado al mundo de las Grandes Ligas en sus primeros años, cuando vestía los colores de los Nacionales de Washington.
Harper se convirtió en la piedra angular del proyecto, al firmar un pacto de 13 años y 330 millones de dólares, uno de los más lucrativos de la historia.
Ese mismo año, adquirieron desde los Marlins de Miami al receptor más de moda, J.T. Realmuto; quien se declaró agente libre luego de la temporada 2020, pero firmó nuevamente con el equipo de Pensilvania, a razón de cinco años y 115,5 millones de dólares.
Además, Filadelfia acordó en 2022 con el agente libre Kyle Schwarber, otro toletero zurdo con un poder descomunal, que en 2021 dividió su tiempo de juego entre Nacionales de Washington y Medias Rojas de Boston, luego de pasar sus primeras seis temporadas con los Cachorros de Chicago; por lo que ya sabe lo que es ganar una Serie Mundial (2016).
También firmaron, en la agencia libre de 2022, al jardinero Nick Castellanos. El ex de los Rojos de Cincinnati se comprometió por cinco temporadas a cambio de una compensación de 100 millones de dólares.
No se puede decir que los cuáqueros no trabajaron fuerte por estar donde están hoy, siendo agresivos en el mercado y descartando piezas que no cumplieron con lo esperado; como es el caso del propio Girardi, o del campocorto Didi Gregorius.
Desde su llegada a la organización, Harper puso buenos números a la ofensiva, ganado incluso el premio al Jugador Más Valioso de la temporada en 2021. No obstante, su esfuerzo parecía no ser suficiente. En la reciente campaña, el estelar ‘3’ proyectaba cifras históricas con el bate, hasta que a finales de junio fue puesto en la lista de lesionados tras sufrir un pelotazo en una mano, que le causo fractura en el dedo pulgar por la que tuvo que pasar por el quirófano.
Por su parte, Schwarber asumió el liderazgo ofensivo, con lo que lideró la Liga Nacional en el departamento de cuadrangulares, al empalmar 46 batazos de vuelta completa para la causa de los cuáqueros.
Realmuto también aportó números extraordinarios a la ofensiva, siendo una de las mejores temporadas de su carrera.
Pero lo más importante, es el hecho de poder contar con su máxima figura cuando más le necesitan. Harper simplemente ha cargado con el equipo en sus hombros durante toda la postemporada; no en vano fue elegido como el Más Valioso de la Serie de Campeonato.
El jardinero estrella, figurando como bateador designado debido a la operación, viene de ligar para .419 de promedio, con seis dobles, cinco vuelacercas y 11 carreras producidas, además de haber pisado el plato una decena de veces; Harper ha sido el líder que se supone que tendría que ser, para eso fue llevado a Filadelfia.
Sería injusto dar por terminadas estas líneas, sin hacer mención al imponente trabajo que realizaron los abridores de Filadelfia durante la Postemporada; especialmente Zack Wheeler y Aaron Nola que se han disto intratables en la lomita.
Ambos brillaron en la serie por el comodín ante los Cardenales de San Luis, trabajando –cada uno– por más de seis entradas sin permitir carreras. Luego, Wheeler cargó con la derrota en el juego dos de la Serie Divisional, pues lo Bravos le hicieron tres carreras en seis innings y los Phillies no reaccionaron.
Nola estuvo extraordinario en el tercer juego, al permitir una carrera sucia en seis episodios, ponchando a seis rivales. No obstante, después recibió castigo por parte de los Padres, en el segundo de la Serie de Campeonato.
Wheeler volvió a brillar, tanto en el primer juego por el título de liga, como en el quinto y decisivo. Entre ambas salidas, acumuló 13 episodios, permitió cuatro hits, dos carreras y pasó a 16 bateadores por el filo de su repertorio; de no ser por el destacado performance de Harper, Wheleer hubiera sido un fuerte candidato a MVP de la serie.
Los venezolanos Ranger Suárez y José Alvarado también tuvieron actuaciones determinantes en el montículo, en pro de las aspiraciones de su equipo de apuntarse como un firme candidato al título, una vez que aseguraran el pase a la Serie Mundial.