La situación de desabastecimiento de gasolina -con largas colas de vehículos y vigilia de los conductores- se complica ante las dificultades de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) de arrancar las refinerías del país y la imposibilidad de traer el combustible de Irán, aseguraron fuentes del sector que solicitaron guardar su nombre en reserva.
«Las constantes decisiones de enciende y apaga de las plantas, sin respetar los protocolos operativos y de seguridad, han dañado mucho más las instalaciones», alertó uno de los consultados.
Precisó que en centro refinador Paraguaná (CPR), en el estado Falcón, Pdvsa consiguió la semana pasada que las refinerías de ese complejo (Amuay y Cardón) procesen unos 130.000 barriles al día de crudo.
De esa carga se obtienen 30.000 barriles/día de gasoil automotor y de nafta, respectivamente, además de otros cortes de refinación.
Sin embargo, la nafta no puede ser convertida en gasolina porque están paralizadas las plantas de destilación catalítica y las procesadoras de componentes para llevar el octanaje a 91 y 95 octanos.
Otra fuente explicó que la refinería El Palito en Carabobo -sometida desde marzo a continuos encendidos y apagados- volvió a colapsar el sábado luego de ser reiniciada la planta FCC productora de gasolina el viernes.
«Ha resultado imposible llevar la elaboración de gasolina a 40.000 barriles al día como se lo ha propuesto Pdvsa, pero cada vez que intentan prender la unidad hay fugas y explosiones con riesgos para los trabajadores y las comunidades aledañas», advirtió la fuente.
Por ello, agregó, si El Palito logra mantener al mínimo la operación solo puede producir unos 10.000 barriles diarios de gasolina, insuficientes para cubrir el consumo del mercado interno de entre 60.000 y 80.000 barriles al día.
Frente a la opción de la gasolina importada, una de las fuentes refirió que se cerró la llegada del supuesto combustible de Irán , independientemente de las versiones sobre la noticia de los cuatro buques que traían el carburante y fueron detenidos por Estados Unidos.
«Lo cierto es que el régimen de Nicolás Maduro no puede contar con ese cargamento de 1,1 millones de barriles del carburante y que se esperaba aliviaría el desabastecimiento nacional», señaló la fuente.
Asimismo, llamo la atención respecto a la timidez mostrada por Teherán y Caracas. «Irán niega que los tanqueros son suyos, pero no menciona si la gasolina proviene de su industria petrolera, y Maduro no se ha pronunciado aún sobre el embargo de las embarcaciones por parte del gobierno de Donald Trump, ni si compró ese combustible a los iraníes», dijo.
La escasez de gasolina se hace cada vez más crítica incluso en Caracas, donde dueños de varias estaciones de servicio indicaron que los despachos se están espaciando.
En Valencia y Maracay – que habían contado con un suministro regular- los conductores hacen colas de 15 y 20 horas para abastecerse.
En el resto del país, llenar el tanque significa vigilias durante varios días en extensas colas bajo el acoso de la policía y los militares.
«En los estados andinos, la situación es paliada con gasolina traída de Colombia y que venden a 2 dólares el litro. Hace unos años eso fue impensable, pues eran los colombianos los que se llevaban el combustible venezolano a su país», destacó otra fuente.
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