Reimponer sanciones a Venezuela profundizaría sus relaciones con los adversarios de Occidente

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Vladimir Putin repite por quinta vez como presidente de Rusia tras su victoria en unos cuestionados comicios que tuvieron lugar entre el 15 y 17 de marzo. La Comisión Electoral Central de ese país publicó el pasado jueves los resultados definitivos, según los cuales el nuevamente jefe del Kremlin obtuvo 76 millones de votos (87,28%).

Mientras Estados Unidos y varios países de Europa calificaron las elecciones de «farsa», otras naciones como Arabia Saudita, China, Cuba, Corea del Norte, Honduras y Venezuela mostraron su apoyo a Putin. Nicolás Maduro, el gobernante venezolano, fue uno de los primeros en felicitarlo.

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“Ha triunfado nuestro hermano mayor, son buenos presagios para el mundo… Le ha ganado toda la guerra al imperio colectivo de Occidente. Es una demostración de los valores del pueblo ruso que está marcando una ruta larga de reivindicación de la nueva Rusia, de la gran Rusia”, dijo Maduro en un video publicado por el canciller Yvan Gil en la red social X.

Todo ello en medio de un conflicto geopolítico mundial protagonizado, precisamente, por Rusia, como la guerra contra Ucrania, que ya sobrepasó los dos años y ha provocada una escalada de tensiones con los países de la OTAN, al extremo de que Putin advirtió tras ser reelegido que: «Estamos a las puertas de la tercera guerra mundial»; así como sus alianzas estratégicas con gobiernos de América Latina, entre ellos el de Nicolás Maduro.

Sin embargo, no es solo con Rusia que Venezuela ha buscado fortalecer sus alianzas en los sectores de hidrocarburos y energéticos, tecnología, turismo, agrícola, entre otros, sino también con Irán y China ante la posibilidad de que de Estados Unidos reimponga las sanciones a la industria petrolera, a partir del próximo 18 de abril, que es cuando vence la Licencia General 44.

Los contactos diplomáticos y económicos entre esos tres países y Venezuela se han mantenido a lo largo de 2024. Serguéi Lavrov, canciller ruso, ha visitado Venezuela en dos oportunidades en menos de un año. La última fue en febrero, cuando sostuvo encuentros con su homólogo Yvan Gil, la vicepresidente ejecutiva, Delcy Rodríguez, y Maduro, y acordaron ampliar sus acuerdos de cooperación estratégica.

No obstante, según Francisco Monaldi, director del Programa de Energía de América Latina en el Instituto Baker de Políticas Públicas en la Universidad Rice en Houston, en este momento Rusia no es un aliado importante en materia petrolera para Venezuela «simplemente porque ellos están en una situación muy crítica por sus sanciones y su situación de guerra».

Pero, pese a ello, el también economista advierte que recientemente hubo el envío de un cargamento de crudo ruso a Venezuela, cuando los rusos no están autorizados por la Licencia 44. “Es posible que los rusos puedan proveer base de esos diluyentes y esto sería una conexión nueva con Rusia que no estaba ocurriendo desde que sancionaron a Rosneft».

De acuerdo con la agencia Reuters, Venezuela también se apresura a mejorar la relación con Irán mientras se avecinan las sanciones de Estados Unidos. Ambos países están “tratando de recomponer una alianza petrolera que comenzó a desmoronarse el año pasado… después de que el país sudamericano se retrasara en los intercambios petroleros”.

Al respecto, Monaldi considera que la relación con Venezuela pudiera ser provechosa para Irán, pero no tanto en lo petrolero. “Más allá de colocar los condensadores en Venezuela, que puede tener algunas ventajas y ayudar a Venezuela a vender el crudo en el mercado negro y puede que le genere algunos ingresos a Irán, para Irán el tema es más geopolítico, que como rivales de Estados Unidos quisieran estrechar sus relaciones con Venezuela”.

En el caso de China es más ambivalente, según Monaldi, porque, aunque quiere un mundo multipolar y que Estados Unidos no tenga una influencia significativa en Venezuela, “los chinos son súper cautelosos en invertir en Venezuela y lo van a seguir siendo aparentemente sí volvieran las sanciones”.

Además, asegura que el crudo venezolano que en este momento se está exportando a la India y el que está comprando CNPC (China National Petroleum Corporation) posiblemente vaya otra vez al mercado negro. «Los barriles que son de Pdvsa sola y de algunas otras empresas mixtas que no tienen licencia tendrían que ir de nuevo al mercado negro. Esos son fondos mucho menos transparentes», afirma.

Sobre esas “prácticas oscuras” a las que ha incurrido Pdvsa para evadir las sanciones y vender su petróleo en el mercado internacional, Monaldi asevera que «no es que ahora la transparencia ha mejorado tremendamente, pero ciertamente los flujos, sobre todo los que van a través de las transnacionales como Repsol y Eni, son mucho más transparentes que lo que ocurría en el mercado negro. Con el escándalo de Pdvsa-Cripto nos pudimos dar cuenta de la magnitud de la corrupción y opacidad que había en esas ventas del mercado negro chino».

Añade que con el regreso de las sanciones los descuentos a la venta de crudo venezolano también volverían, pero más altos en la parte que se tiene que vender en el mercado negro. “Habría menos ingresos y, por lo tanto, menos capacidad de invertir para Pdvsa”.

Monaldi recalca que para Venezuela el tema no es la Licencia General 44, es la posibilidad de que Estados Unidos siga otorgando algún tipo de licencia o manteniendo una licencia como la 44 que es general, para que se puedan hacer inversiones.

“Obviamente lo ideal sería que haya una resolución política del conflicto en Venezuela y que eso lleve a un levantamiento permanente de las sanciones”, puntualiza el experto petrolero.

“Relaciones peligrosas” para Occidente

Esas alianzas no solo de Rusia, sino también de China e Irán con países latinoamericanos representan -de acuerdo con expertos- un riesgo para Estados Unidos y el hemisferio en general. Luis Fleishman, cofundador del Centro para la Democracia y la Investigación Política de Plam Beach, asegura que “los peligros para Occidente son bien claros”.

“Tanto Rusia como China aprovechan la enemistad de algunos de los países que son antagonistas a Estados Unidos, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba, para convertirlos en aliados y, de esta forma, contrarrestar el poder de Estados Unidos en el mundo”, agrega.

Para Fleishman, Rusia tiene un interés político en esta región porque Putin “resiente” la expansión de la OTAN en Europa del este y en algunas de las exrepúblicas soviéticas. “Lo ve como un juego geopolítico: Tú tienes influencia sobre los países bálticos, sobre Hungría, Polonia y yo voy a tener influencia sobre países de América Latina. Hay una expansión de la tradicional esfera de influencia norteamericana y con el desarrollo de armas nucleares, Estados Unidos se vuelve más vulnerable aún y esto sería uno de los peores peligros”.

A su juicio, las relaciones con estas naciones también socavan la democracia en el continente. “Así como estos países buscan a Rusia y a China como salvoconductos, Rusia y China buscan estos países también y los ayudan a mantener las dictaduras porque son estas dictaduras de izquierda las que van a asegurar o garantizar la alianza con estos países. Es por eso que ellos van a promover también un régimen no democrático”.

Joseph Humire, director del Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS) con sede en Washington, también ha alertado sobre la influencia de China, Rusia e Irán en la región. «Las redes clandestinas del Medio Oriente en Hispanoamérica han pasado desapercibidas por mucho tiempo y han logrado posicionar a Venezuela como una cabeza de insurgencia para infiltrar las fuerzas armadas de toda la región», dijo durante una visita a España en entrevista con El Debate.

Indicó que Rusia, China e Irán «se han hecho llamar la fuerza multipolar» en los seis ejercicios navales realizados en los últimos cinco años, a través de gobiernos autoritarios diseñados para «atacar a Estados Unidos desde el Hemisferio Occidental».

«Si tomamos el ejemplo de la relación de Rusia con la región, vemos que el 75% de las ventas de armas de Moscú a Hispanoamérica se centran en cinco países: Venezuela y Nicaragua en mayor medida y después Cuba, Bolivia y Ecuador, es decir, los países que eran parte de la Alianza Bolivariana. Y son esos mismos cinco países los destinatarios del 75% de los créditos de China», afirmó.

Así que expertos coinciden en que Occidente está ante un peligro geopolítico muy serio con la influencia cada vez mayor de la llamada “fuerza multipolar” en América Latina, lo cual fue reforzado por la comandante del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson.

“En el último año, China, Rusia e Irán han aumentado su presencia diplomática, económica e incluso militar en la región. Estas actividades socavan las democracias y desafían su credibilidad”, dijo el martes 12 de marzo al Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

Y en esa línea de “restablecer la democracia en Venezuela”, este viernes 22 de marzo el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de aprobó con los votos de legisladores republicanos y demócratas un proyecto de ley para imponer nuevamente sanciones al gobierno de Venezuela.

El objetivo del proyecto HR6831 es reactivar y extender hasta el 31 de diciembre de 2025 la vigencia de la Ley de Ayuda de Emergencia, Asistencia a la Democracia y Desarrollo (Vedad) para Venezuela. En un comunicado publicado, se señala que la ley Verdad “se adoptó para apoyar los esfuerzos para restablecer la democracia en Venezuela mediante sanciones a funcionarios clave del régimen”.

A fines de 2023, el gobierno de Joe Biden alivió en parte y temporalmente las sanciones en a Venezuela, aunque ha advertido que puede no renovar esa medida cuando expire en abril si el gobierno de Maduro no cumple con el Acuerdo de Barbados, que firmó junto a la coalición opositora Plataforma Unitaria.

Pero el regreso del esquema de sanciones a Venezuela en vez de “restaurar la democracia” -desde que fueron impuestas durante la administración de Donald Trump no lograron que se produjera un cambio de gobierno en Venezuela-, lo que haría es acrecentar los riesgos para el hemisferio.

“Las sanciones a Venezuela van a tener un efecto limitado precisamente porque Venezuela se escuda en todos estos poderes que lo pueden respaldar como China, que tiene poder económico, y Rusia. Eso obviamente haría las sanciones a Venezuela mucho más inefectivas”, asevera Fleishman.

Y lo más grave aún es que empeorarían la ya aguda crisis por la que atraviesan las poblaciones más vulnerables del país, como han reiterado en varias oportunidades activistas de derechos humanos, entre ellos Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria.

“El impacto es para una población que requiere, sin ninguna duda, alivio a su situación económica. Al final, haces a las personas más bien dependientes de factores externos que las hacen menos libres y autónomas”, dijo recientemente a HispanoPost.

Es por eso que Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis, ha aseverado que hay que buscar mecanismos distintos de presión y negociación para Venezuela.

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