Stalin González sería la ficha de Capriles en el nuevo proceso de diálogo en México

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Se prevé que entre el viernes 13 y el sábado 14 de agosto comience un nuevo proceso de negociación entre representantes de la administración de Nicolás Maduro y del llamado G4, integrado por Voluntad Popular (VP), Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Acción Democrática (AD).

En esta oportunidad está previsto que México sea la sede y, de acuerdo cona información publicada por VOA, que la ciudad elegida para el primer encuentro está entre Ciudad de México, Cuernavaca o Cancún.

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También se conoció que la representación del oficialismo esté coordinada por los tres Rodríguez de más poder, en la administración madurista: los hermanos Delcy (vicepresidenta de Maduro) y Jorge (presidente de la Asamblea Nacional electa en 2020) y Héctor, gobernador de Miranda. Mientras que por la oposición estaría el abogado constitucionalista y exalcalde de Baruta, Gerardo Blyde.

Aunque han sido celosos de desvelar los demás nombres, fuentes aseguran que otra figura del lado de la mesa opositora podría ser el exdiputado de la Asamblea Nacional, Stalin González, quien ha sido reconocido en varias oportunidades como representante en los procesos de negociación. Además, sería la ficha del exgobernador de Miranda y dos veces candidato a presidente, Henrique Capriles.

“Capriles no quiere perder su espacio dentro del liderazgo opositor. Como él no puede participar postuló a Stalin que ya ha participado en varios procesos. Stalin es bien estimado tanto por la oposición como por el chavismo en los procesos de negociación, además es el hijo político de Gerardo”, confesó una fuente cercana al G4.

“La modalidad será una semana de reuniones con los árbitros internacionales para que cada delegación exponga sus quejas y requerimientos y la presentación de posibles soluciones. Luego cada delegación regresa al país y a conversar con sus respectivos jefes. Y al cabo de una semana retoman las conversaciones en México”, relató la fuente que prefirió mantener su identidad en reserva. “Lo que nos preocupa es que esta gente está armando plan B, C y D, por si acaso llega noviembre y todavía no hay acuerdos, como si la situación que vive Venezuela no fuera finita”, agregó

“Las oposiciones”

Hace un par de semanas Nicolás Maduro dijo que ya había establecido “pre conversaciones” con representantes de “las oposiciones”, resaltando la clara división en el sector que le adversa. La fuente también confesó que de acuerdo a lo dicho en semanas anteriores por Blyde, “la oposición solo será representada por el G4”.

“En una reunión alguien preguntó por el término de ‘las oposiciones’ y Gerardo dijo: ´Aquí solo hay una oposición. El conflicto interno entre Guaidó y Capriles se resuelve a lo interno, mientras que los alacranes no nos representan. Claramente que Maduro los quiere incluir para enlodar el proceso, pero aquí ni alacranes ni mesita ni radicales. Solo hombres y mujeres que creemos en la unidad”. 

Si bien Juan Guaidó y Henrique Capriles parecían estar remando en el mismo barco, su división se dejó ver en varias ocasiones cuando las críticas mutuas colmaron las redes sociales. A mediados de mayo Guaidó presentó la propuesta de Acuerdo de Salvación Nacional que, entre otras cosas, plateaba este proceso de diálogo con Maduro para hallar soluciones a la crisis venezolana.

Capriles también se mostró interesado en consolidar un acuerdo que conllevara a mejoras y condiciones para la realización de elecciones presidenciales. Además, colaboró con la escogencia de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) con una directiva más equilibrada.

Por otro lado, se encuentra el sector minoritario y más radical, representado por la dirigente política María Corina Machado y los militantes de su partido Vente Venezuela, quienes consideran que este proceso de diálogo es “una negociación con bandas criminales”.

Finalmente, está el bando de los “disidentes” del G4, que adoptaron las tarjetas arrebatadas por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) como propias y se midieron en las elecciones parlamentarias de 2020, ganando así 20 curules en la Asamblea Nacional.

Este último grupo fue bautizado por Jorge Rodríguez, en el proceso anterior de negociación que se llevó a cabo entre Noruega y Barbados, como “la mesita”. Una vez que la oposición se retiró del diálogo, debido al arresto del exdiputado Juan Requesens, este los “disidentes” acudieron al llamado de Cancillería y firmaron un acuerdo que no fue reconocido por el resto de los partidos. Recientemente, una nota de prensa de la fracción copeyana que hace vida en ‘la mesita’ confirmó que no acudirán al diálogo por “no abogar al diálogo social”.

«Esta vez es distinto»

Esta no sería la primera vez que se convoca a un proceso de diálogo y negociación. Durante la gestión del presidente fallecido Hugo Chávez hubo al menos tres acercamientos fracasados, que conllevaron al paro cívico petrolero. Mientras que desde que inició la era de Nicolás Maduro, la oposición y el oficialismo han intentado negociar sus diferencias y buscar soluciones a los problemas unas cinco veces, todas sin frutos.

“Esta vez es distinto porque tenemos al chavismo aguantado por las sanciones. Ellos no tienen cómo moverse porque tienen la mayor parte de su plata retenida. Además, es algo que no entienden y es que las sanciones no dependen de nosotros. No dependen de Guaidó, Leopoldo o Capriles. Esos son castigos que puso Estados Unidos y si ellos no deciden levantarlas nosotros no podemos hacer nada, por eso se tienen que portar bien”, indicó la fuente del G4.

Durante las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Maduro dijo que hay al menos siete puntos en la agenda de diálogo. La fuente que no quiso revelar su identidad enumeró algunos: “Obvio que del lado del chavismo quieren: el levantamiento de las sanciones, el reconocimiento de las instituciones y que se le deje de llamar usurpador a Maduro, para que se levante el bloqueo. De nuestro lado estamos pidiendo condiciones electorales para llamar a presidenciales en 2024, ingreso de la ayuda humanitaria, programa equilibrado de vacunación a todos los venezolanos por igual, liberación de los presos políticos y evaluación de las inhabilitaciones políticas”.

No obstante, la misma fuente reconoció que en palabras de Blyde se hizo un estudio de mercado reducido para determinar el interés de los venezolanos en el proceso. “La mayoría dijo que ya no creían en los diálogos. Sabemos que el pueblo ahorita está concentrado en buscar y hacer plata, pero si no los ayudamos sacando a Maduro, no lo van a lograr. Nos vamos a seguir muriendo de hambre o por covid”, puntualizó la fuente.

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