¿Tenebrosa o milagrosa?: La isla de las muñecas en el D.F.

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    La obsesión de un viejo campesino transformó una de las chinampas -islas artificiales en las que cultivan hortalizas los campesinos de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México- en lo que ha sido denominado como uno de los lugares más siniestros del mundo: la isla de las muñecas. Fue tras la muerte de una joven ahogada en los canales que rodean la isla, que don Julián Santana comenzó a sentirse amenazado por el alma en pena de la muchacha, por lo que comenzó a acumular muñecas para «protección», recogiendo la mayoría de la basura. 
    Anastasio Santana heredó la isla y las muñecas tras la muerte de su tío Julián, él mantiene la tradición de cultivar flores y hortalizas así como la de cubrir de muñecas cada espacio libre de la chinampa en la que habita junto con su familia, para él la siniestra tradición es algo normal, aunque acepta que a veces las muñecas «chillan como si tuvieran pilas», pero incluso eso lo menciona como algo natural