«Todo el que tiene cáncer, ha vuelto a nacer»

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    Edith tiene una larga historia de lucha contra el cáncer. Ahora es terminal, pero ello no quiere decir que sea el final. “Es un renacer”.

    La primera batalla contra el cáncer la dio en el año 2007. Tras dos años de descanso, en 2009 se asoma un nuevo residente a su cuerpo, el cáncer de riñón. Un tumor de 8 cm yacía en su riñón derecho, teniendo que ser operada inmediatamente para extirparlo.

    Edith nos cuenta que su recuperación fue impresionante, a la semana hacía su vida con total normalidad y así continuó por 6 años más. Sin embargo en 2015, tras sus chequeos anuales, le informan que el cáncer había regresado. Esta vez ocupaba casi todo el abdomen inferior, era un cáncer terminal. Aun bajo este diagnóstico es sometida a una intervención quirúrgica. Los médicos le dieron sólo un año de vida.

    En febrero se cumplirán 7 meses desde aquella intervención quirúrgica. A pesar de estar recibiendo un tratamiento de quimioterapia fortísimo, no hay día en que ella deje de estar activa, para ella no existe el tiempo perdido. “Cada día para mi tiene mucho valor, mucho significado. Aprendí a valorar lo que una persona con salud no valora”, asegura Edith, madre de dos hijas y de un pequeño a quien acogió para darle una familia.

    Un claro ejemplo de su gratitud por la vida es el increíble gesto de amor que realizó por el pequeño Eisten, un niño de 3 años en abandono.

    A pesar de su cáncer terminal, Edith junto a su familia deciden acoger al pequeño para darle un hogar. Ella dedica gran parte de su tiempo a cuidar a Eisten, a darle amor.

    Los sábados por la mañana acude a la universidad para tomar sus clases de Derecho, cursa el último año de la que se convertirá en su segunda profesión. Antes estudió Hotelería y Turismo. Por las tardes estudia idiomas.

    Edith afirma que no le tiene miedo a la muerte y que mientras esté en este mundo vivirá cada día de la mejor forma, dando lo mejor de sí no solo a su familia sino al mundo.

    “He podido hacer cosas maravillosas en este tiempo y tal vez teniendo una salud normal no hubiera tenido el valor, esa fortaleza para hacer las cosas”, dice Edith, una mujer guerrera a quien el cáncer le dado un nuevo comienzo. “No es el final, es un renacer’.