El caso de Eduardo visibiliza una realidad que se repite todas las semanas en familias humildes que tienen a parientes víctimas de la violencia en Venezuela: no tienen recursos para pagar los trámites para su sepelio, deben solicitar donaciones e incluso saltan los actos velatorios por falta de dinero o porque los cuerpos de sus parientes se descomponen durante el proceso que deben seguir para retirar los cadáveres de la principal medicatura forense de Caracas, la morgue de Bello Monte.
Para que los familiares de las víctimas de homicidios o accidentes de tránsito puedan retirar los cuerpos de sus difuntos de la morgue de Bello Monte, deben consignar copias de las cédulas de identidad de los fallecidos, de otro familiar, de dos testigos que se presenten en esa dependencia para firmar y también llevar el registro civil del difunto y su certificado de defunción.
El caso de Eduardo visibiliza una realidad que se repite todas las semanas en familias humildes que tienen a parientes víctimas de la violencia en Venezuela: no tienen recursos para pagar los trámites para su sepelio, deben solicitar donaciones e incluso saltan los actos velatorios por falta de dinero o porque los cuerpos de sus parientes se descomponen durante el proceso que deben seguir para retirar los cadáveres de la principal medicatura forense de Caracas, la morgue de Bello Monte.
Para que los familiares de las víctimas de homicidios o accidentes de tránsito puedan retirar los cuerpos de sus difuntos de la morgue de Bello Monte, deben consignar copias de las cédulas de identidad de los fallecidos, de otro familiar, de dos testigos que se presenten en esa dependencia para firmar y también llevar el registro civil del difunto y su certificado de defunción.
Luego, los grupos familiares deben comprar las urnas, cuyo precio oscilaba entre 11.000.000 y 12.000.000 bolívares, mientras que el salario mínimo integral en Venezuela es de 797.510 bolívares. También deben pagar el traslado fúnebre, que incluye los gastos de la funeraria y el espacio en el cementerio para el sepelio. En el caso de la familia de Erbinson Eduardo, lograron que en la morgue de Bello Monte les donaran el féretro, mientras que los gastos del cementerio y del traslado fúnebre los cubrieron con aportes de amigos que colaboraron.