El escritor y ensayista británico de origen indio Salman Rushdie, autor de Los versos satánicos (1988) y condenado a muerte por el régimen islámico iraní en 1989 por blasfemo, sigue conectado a un respirador y sin poder hablar luego de haber sido atacado el viernes cuando iba a dar una conferencia sobre la libertad en la creación artística en Chautauqua, al oeste de Nueva York.
“Las noticias no son buenas”, indicó su agente, Andrew Wylie, en un correo electrónico que reseña el diario español EL PAÍS. “Salman probablemente perderá un ojo; los nervios en su brazo sufrieron cortes y su hígado quedó dañado por las puñaladas”.
La policía anunció en un comunicado que sufrió un apuñalamiento en el cuello y el abdomen y que fue trasladado al hospital en helicóptero.
En rueda de prensa, mientras el autor aún se hallaba en el quirófano, el portavoz de la policía local, Eugene J. Staniszewski, informó que el detenido es Hadi Matar, un joven de 24 años del vecino Estado de Nueva Jersey, que compró una entrada para la conferencia como el resto de los 2.500 asistentes, y cuyas motivaciones para atentar de momento se desconocen.
El jefe policial no quiso especificar su país de origen, ni vincular su acción con la fetua (edicto islámico) dictada por el régimen de los ayatolás en 1989.
Joshua Goodman, corresponsal para América Latina de la agencia Associated Press, presenció cómo un hombre irrumpía en el escenario de la Institución Chautauqua y comenzaba “a golpear o apuñalar” a Rushdie, que ocupaba el escenario. El escritor cayó al suelo y el hombre fue inmediatamente inmovilizado y detenido.
En su cuenta de Twitter, @APjoshgoodman, el periodista escribió el viernes: «Durante más de un siglo, la Institución Chautauqua ha sido un oasis de verano para la reflexión, el estudio y la oración. Hoy también es una escena del crimen».
Según el escritor Ayad Akhtar, actual presidente de PEN America, Rushdie no parecía dar excesiva importancia a las medidas de seguridad. Akhtar ha dicho que nunca lo vio con guardaespaldas en los últimos años, ya fuera en el teatro, un restaurante o un evento como el programado en Chautauqua.
El responsable de PEN America, que en su día presidió el propio Rushdie, afirmó que nunca hablaron de las amenazas recibidas por Los versos satánicos, pero que el escritor parecía perfectamente a gusto en público.
La gobernadora del Estado de Nueva York, Kathy Hochul, subrayó la accesibilidad de Chautauqua, “una comunidad rural muy tranquila” y un lugar “ideal” para que hablen figuras notables como Rushdie. La política demócrata alabó la labor del policía que “salvó la vida del escritor” y la del moderador del evento, que también fue atacado y resultó levemente herido.
Fuente: EL PAÍS