Rafael Arráiz Lucca: “Caracas es mi lugar en el mundo”

“Caracas, historia de una ciudad (1567 a nuestros días)” se titula la más reciente publicación del historiador y abogado Rafael Arriaz Lucca, quien consiguió como aliado a Editorial Arte para lanzar este libro cuando la ciudad celebra los 456 anos de su fundación. 

“Desde 1980 no se publicaba una historia de Caracas cuando lo hizo la historiadora Ermila Troconis de Veracoechea, cuyo relato culminaba en 1945, lo que implica que los últimos 80 años de la ciudad no figuran”, indica Arráiz Lucca. “Yo tenía una vieja deuda con mi ciudad porque yo me preparé por muchos años para hacerla y fue parte de mi investigación como profesor de la Universidad Metropolitana, pero también porque Caracas es mi lugar en el mundo”, acota.

El libro esta conformado por una serie de relatos agrupados en 10 periodos históricos que comienzan con el que va entre 1567 y 1600 bajo el titulo “La ciudad incipiente: la fundación y sus conflictos”.

El segundo periodo se llama “La ciudad desgraciada: entre pestes, plagas y terremotos”, que comprende entre 1601 y 1700; la tercera tiene el hombre de “La ciudad prospera”, que abarca entre 1701 y 1810.

Hay un capítulo dedicado a lo que se llama “La Caracas guzmancista: un punto de inflexión”, que va en un periodo de 18 años -entre 1870 y 1888- centrado en los gobiernos en los que estuvo Antonio Guzmán Blanco.

“Guzmán Blanco representó la primera transformación urbana que tuvo Caracas con la construcción del Palacio Federal Legislativo, bulevares, acueductos, Templo Masónico, Parque El Calvario; es decir, muchos hechos y relatos de la vieja Caracas”, indica Arráiz Lucca.

La ultima parte del libro responde al lapso comprendido entre 1990 y 2013 con el nombre de “La ciudad de los alcaldes y los centros comerciales”.

El historiador también menciona los cambios que se dieron en Caracas con la inauguración hace exactamente 40 años del Metro Caracas al final de la gestión de Luis Herrera Campins y las expansiones del transporte subterráneo en los siguientes gobiernos.

“En Caracas hubo una cultura metro porque cuando bajábamos en cada estación había silencio, limpieza y orden. Había casi una actitud mística por parte de los caraqueños al momento de trasladarse por el metro”, afirma.