Señor Bergoglio que justifique el genocidio que Putin está llevando a cabo en Ucrania es inaceptable

Señor Jorge Bergoglio, este mensaje es para usted. No es la primera vez que le envío un mensaje, y me temo que no será la última. Usted, como patriarca de 1340 millones de católicos y como jefe de Estado de uno de los países más antiguos del mundo, no se ha comportado como ninguno de los dos. Por eso no puedo llamarlo Papa, mucho menos decirle Francisco, un santo a quien admiro no solo por su bondad, sino por su consecuencia entre su pensamiento y su acción. San Francisco de Asís se fue con la quinta cruzada a Egipto. Aunque sabía que era territorio musulmán, llevó un solo acompañante. Tal fue su valentía que, aunque no logró convertir al sultán Al-Kamil, este le permitió predicar en sus territorios.

Ya no espero, como le pedí en un artículo reciente, que se fuera a Kyiv y se parara delante de los tanques rusos, como el hombre de Tiananmen. Sé que no lo hará… Pero que usted ahora, señor Bergoglio, justifique el genocidio que Putin está llevando a cabo en Ucrania, es inaceptable. Textualmente usted declaró al Corriere della Sera que «tal vez los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia» llevaron a Vladimir Putin, a reaccionar de esta forma y han desencadenado la invasión de Ucrania: «Una ira que no puedo decir si fue provocada, pero puede que sí fuese facilitada».

¡Caramba, Bergoglio! Una invasión de un país soberano a otro país soberano es inaceptable desde todo punto de vista. Yo soy venezolana y sufro día a día la invasión cubana de mi país. Sus amigotes, por cierto. Nunca olvidaré sus fotos tomándole las manos amorosamente a Fidel Castro o sus miradas de complicidad con su hermano Raúl. Tampoco olvidaré que rechazó reunirse con la disidencia cubana.

La guinda del postre es que en vez de hacer algo por los ucranianos, que es además hacer algo por el mundo, por las consecuencias que esta situación ya está trayendo, usted habla necedades como que hay que querer a las suegras o que la propiedad privada es un “derecho secundario”. La propiedad privada es mala cuando proviene del robo, del despojo, de las expropiaciones ilegales. No cuando proviene del trabajo honesto. ¿Por qué al menos no se ocupa de erradicar a los curas pedófilos que tanto daño le han hecho a la iglesia, a tantos niños y jóvenes y a los sacerdotes que sí son buenos y practican su apostolado con santidad?

¡Qué desgracia que en pleno siglo XXI nos haya tocado un Papa comunista! El comunismo ha traído millones de muertes a la Humanidad ¡Y yo que estaba tan contenta cuando lo escogieron, porque siento simpatía por los jesuitas!
Y no tiene que excomulgarme, no se preocupe: yo me auto excomulgué hace muchos años.

¡Mejor ocúpese de lo que tiene que ocuparse!