La serie de YouTube Venezuela Shore, un falso reality que fue estrenado hace poco, más allá de la polémica que suscitó su lanzamiento, es un claro ejemplo de cómo el público puede tener reacciones contradictorias.
El programa que puede verse en esta plataforma digital en el canal del mismo nombre y que ha recibido ya una amenaza de MTV por supuesto plagio, pretende ser una serie juvenil dónde se muestren los entretenimientos propios de un grupo de chicos venezolanos.
Cualquiera que deseé utilizar más de 15 minutos de su tiempo viendo malas actuaciones filmadas con un audio pésimo y escuchando diálogos pobres puede entrar a YouTube para presenciar el espectáculo decadente que representa Venezuela Shore.
Su premisa no es original, recrea situaciones que ya hemos visto infinidad de veces. Los menores de 20 deben saber que este concepto nació hace ya muchos años. Precisamente MTV se encargó de popularizar este tipo de seriado en el año dos mil. Aunque en este caso el bajo presupuesto con el que cuentan los realizadores de esta versión criolla no les permitió emularlos del todo.
Las groserías como un símbolo de «irreverencia» y «naturalidad», los desnudos parciales y una argumentación errática y tonta en extremo (que de paso no da risa ni genera entretenimiento) son los principales elementos de este falso reality que parece más una novela mayamera mal filmada. Venezuela Shore es un desastre.
Sin embargo, más allá de la baja calidad de este producto de internet, no deja de resultar gracioso el efecto que ha causado su lanzamiento. Sobre todo por los altos niveles de rechazo que ha generado.
Me da risa que sea cuestionado principalmente porque Venezuela Shore es tan sólo un reflejo de lo que mundialmente se nos quiere vender como principios y símbolos inamovibles de la juventud. ¿O acaso el reguetón expone en sus productos y vídeos un lenguaje elaborado y complejo lleno de disertaciones con un mínimo de coherencia? ¿Cómo es el universo de la llamada música urbana? ¿No es -en su mayoría – frívolo, tonto y está lleno de un sinfín de malas palabras y grandes niveles de estupidez?
Venezuela Shore solamente pretendió recrear lo que gusta a la mayoría del público juvenil: vulgaridad, tragos, chicos y chicas semi desnudos hablando de nada y haciendo estupideces frente a una cámara.
La gran diferencia podría radicar en la baja calidad de la realización. Obviamente Venezuela Shore es un remedo pobretón de otros productos igual de decadentes, pero realizados con alto presupuesto.
En este tiempo (y quizás en todos) la gente quiere vender y para hacerlo son capaces de hacer cualquier cosa. El caso de Venezuela Shore es básicamente llover sobre mojado, el ejemplo clásico de la búsqueda de fama por la fama y las ganas de hacer lo que sea por las vistas, por los likes y por las ganas locas de ser tendencia así les cueste la dignidad.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol