El pueblo Shuar se niega a ser desplazado por la minería

    0
    508

    Nankintz, Tsuntsuim, San Carlos, y varias comunidades de la región amazónica de la Coordillera del Cóndor en Ecuador, se encuentran en pie de lucha contra la minería. Esta resistencia no es nueva, viene desde hace más de diez años. El interés del Estado ecuatoriano por explotar los recursos minerales de este sector está presentes desde finales del siglo anterior.

    Los intereses del capital transnacional encontraron una vía con el gobierno de Rafael Correa. En 2008, el expresidente firmó el Mandato Minero en donde, detrás de un supuesto discurso ambientalista, existen puntos conflictivos.

    Primeramente, estipula que se implementará una “minería responsable”, categoría que apenas existe en la industria minera. En ejemplos alrededor del mundo se puede apreciar que esa responsabilidad no pasa de dádivas a los habitantes de las zonas afectadas. Hasta el momento no existen ejemplos de explotación minera que no afecten en lo mínimo al medio ambiente, en especial el tipo de explotación ‘a cielo abierto’ que es el que se planifica para la Coordillera del Cóndor, un sector rico en biodiversidad, parte de la valiosa selva del Amazonas.

    Como segundo punto, en el Mandato se establece la consulta previa a los habitantes de las comunidades donde yacen los recursos, en especial si los posibles afectados son miembros de pueblos indígenas y su territorio es considerado ancestral. Este es el caso del Pueblo Shuar Arutam, quienes han habitado en este territorio desde tiempos previos a la expansión inca.

    La zona es rica en cobre, oro y plata. El Estado, a través del Ejército y al Policía, han iniciado estos últimos años el desalojo y desplazamiento forzado de comunidades enteras. El Pueblo Shuar no quiere perder su hogar, quiere dejar un legado para sus hijas e hijos y para toda la humanidad.

    Las y los shuar afirman que el diálogo con las mineras y con el Estado ha sido casi nulo. El gobierno promete “mejores condiciones de vida” según la visión occidental, pero este pueblo ancestral resiste ya que su autodeterminada forma de vivir y cosmovisión gira alrededor de la selva, origen y soporte de sus vidas.

    En este reportaje se resume el último conflicto de la Coordillera del Cóndor, y en los testimonios está una muestra de lo que ya se podría llamar terrorismo de Estado, así ha tratado el gobierno ecuatoriano a los pueblos indígenas cuando no le son útiles a sus intereses económicos, mismos que terminan siendo el interés del Capital internacional.