«El ejercicio de la sexualidad va a ser siempre un comportamiento muy sensible a situaciones de estrés, de preocupaciones que puedan estar evidenciando las parejas o los individuos», aseguró Gilberto Aldana, psicólogo clínico y sexólogo. En el caso de Venezuela, la vida sexual de sus habitantes se ha visto afectada por la situación socioeconómica, así como as restricciones por la COVID-19.
De acuerdo con Ender Boscán, médico sexólogo, tanto la crisis económica como la pandemia están «interfiriendo en el desarrollo de la actividad sexual de las personas y eso ha hecho poner, en muchos casos, en segundo plano la actividad sexual».
Resaltó que una de las dificultades impuestas por la COVID-19 están asociadas a la posibilidad de tener una relación de cortejo: «En estos momentos las preocupaciones económicas, sociales y de salud; sobre todo, por la pandemia que ha obligado al distanciamiento físico, siendo esta una medida en salud pública necesaria, han hecho que el ejercicio de la sexualidad se haya afectado significativamente».
Subrayó que «si se tenía la posibilidad de tener un encuentro sexual, que implicará el cortejar a la persona o meramente recreativo, este se veía muy limitado. El hecho de tener una carga importante de estrés influyó en cómo los conflictos aumentaban y eso impacta en la posibilidad de ejercer la plena actividad sexual de manera agradable».
Deben reinventarse como parejas
Aldana considera que hay situaciones donde la sexualidad no está presente. «Las personas tienen situaciones de conflicto, asociadas a depresión, ansiedad, y esto impacta negativamente en el ejercicio de la sexualidad. En consulta privada vemos que hay un grupo de personas que van por conflicto de pareja y al haber estos problemas, se ve afectada la respuesta sexual».
Aseveró que los individuos deben intentar mantener a raya los problemas que puedan afectar su salud sexual. De allí que considera importante que las personas estén atentas y mantengan «a raya conflictos o cuadros clínicos que puedan afectar nuestra esfera psicológica, como la depresión, ansiedad y la violencia. Debemos tener mucho cuidado y estar muy pendientes de nuestra salud psicológica, para poder derivar una salud sexual saludable o preservada».
Boscán también recomendó disfrutar de los placeres del sexo como es debido: «Hay que tratar de retomar cosas. Hay estados de ansiedad, depresión, problemas económicos, pero hay que tomarse un tiempo para volver a conectarse con la persona que nos gusta o la pareja. No llevar a actividad sexual a situaciones cotidianas y cosas negativas, sino tratar de que el sexo sea un escape para que las personas se sientan mejor y más tranquilas».
Indicó que es muy importante el manejo de esa situación para que la persona pueda disfrutar del placer del sexo y ayude a minimizar estados de ansiedad y depresión leve que puedan existir. «Es bueno que las personas se reconecten en el sexo, que se puedan dar masajes hacia lo erótico disfrutando de esas sensaciones, buscando los espacios para el disfrute individual y en pareja».
Hay que buscar espacios
También, advirtió Aldana, la situación económica ha disminuido la búsqueda de ayuda profesional por parte de las parejas. «Hemos visto cómo en el transcurso de cinco años, uno de los primero motivos de consulta son los conflictos en el área de pareja. Solemos asociar que cuando una persona va a una consulta psicológica, va por trastornos mentales importantes, como la esquizofrenia, bipolaridad, entre otros, y resulta que no».
Boscán agregó que por las mismas dificultades económicas, el paciente pospone ir a la consulta sexológica. «Si bien es cierto que han aumentado las disfunciones y los trastornos desde el punto de vista sexual, las consultas se han visto disminuidas».
Aldana, por su parte, destacó que es necesaria la creatividad. «La premisa no tiene que ser la cantidad sino la calidad. Probablemente en cuanto a eso si va haber un cambio importante, había mayor disposición de hacer cosas, de invertir dinero en comprar juguetes o estimuladores. Ahora hay que ser creativos para poder tener una vida sexual».
«Tenemos que echar más de la mano a eso que llamamos a la inteligencia sexual, que no se la podemos dejar nada más a las hormonas, hay que meterle creatividad para aumentar y preservar. Es importante tomar un espacio para la distracción y reinventarnos, buscar formas alternativas donde podamos buscar espacios de encuentro y distribuir nuestro tiempo, pudiésemos estar preservando nuestra vida sexual».