La crisis socioeconomica que vive Venezuela desda hace años, agravada por la pandemia de la COVID-19, ha ocasionado el relajamiento -porque no hay otra alternativa- de las normas laborales como ocurre con las vacaciones, aseguraron fuentes sindicales que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
«Los trabajadores no están pendientes de irse de vacaciones, sino de permanecer en sus puestos de trabajo para subsistir con sus familias», sostuvo un consultado.
Explicó que mediante acuerdos compensatorios obrero patronales se cancela el monto correspondiente a las vacaciones más un bono en dólares por acudir al sitio de labor durante los días de asueto.
«Con los salarios tan bajos actuales y en bolívares, resulta irrisorio el pago de las vacaciones -conforme a lo establecido en la Ley Orgánica del Trabajo”, manifestó otra fuente.
Esta situación, precisó, lleva al trabajador a seguir laborando en vacaciones y obtener así un ingreso adicional en un bono que, en el caso del sector privado, se cancela en dólares.
Las fuentes recordaron que las erradas políticas de la administración de Nicolás Maduro han desfigurado el mercado laboral y con mayor profundidad a partir de la reconversión monetaria de 2018.
En ese sentido, advirtieron que el aparato productivo nacional opera a 20% de su capacidad instalada.
Muchas empresas, incluso las grandes del sector de alimentos, bajaron los turnos diarios de trabajo de cuatro a dos y hasta uno con una importante reducción de la nómina.
Por ejemplo, en el estado Carabobo -una de las zonas industriales más importantes del país- de 6.000 empresas quedan en pie 2.000 y de ellas 600 están produciendo de forma continua.
Los dirigentes sindicales refirieron que ya no se discuten nuevos contratos colectivos y se procede a las prórrogas indefinidas de las convenciones vigentes porque los beneficios en bolívares resultan ineficaces frente a la hiperinflacion.
«El sector privado paga -apelando a los bonos- ingresos en promedio de 80 dólares mensuales a sus trabajadores, monto muy superior al sector público que cancela a sus empleados entre 3 y 12 dólares pagados en bolívares», precisó un consultado.
Reveló que algunas empresas privadas grandes como las del sector de alimentos pagan bonos de 200 y 300 dólares al mes, que pierden rápidamente su capacidad de compra por la hiperinflacion.
Johnny Magdaleno, directivo de la Federación de Trabajadores de Carabobo, manifestó sus dudas respecto al anuncio de Maduro del despegue económico de Venezuela durante 2022.
«Es urgente que el aparato productivo nacional se fortalezca y sin la competencia desleal de los productos importados», sostuvo.
Para el representante de Fetracarabobo, «una economía no crece solo con bodegones e hipermercados en manos de los enchufados».