El presidente de EE.UU., Joe Biden, aterrizó en Corea del Sur para una visita de tres días con el foco en temas económicos y de seguridad y ensombrecida por la posibilidad de que Corea del Norte lance un misil balístico intercontinental (ICBM) o realice incluso una prueba nuclear durante su estancia.
Biden llega a Corea del Sur
Pese a la posibilidad de que Pionyang acabe acaparando buena parte de la atención con un test, el primer viaje de Biden a Asia -algo que le ha llevado casi año y medio desde que llegó al cargo por diferentes circunstancias, incluida la invasión rusa de Ucrania- tiene un marcado acento de cooperación comercial entre Estados Unidos y esta región, de vital importancia para Washington.
De hecho, nada más aterrizar en la base aérea de Osan, unos 70 kilómetros al sur de Seúl, Biden y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, se han ido directos a visitar una cercana planta de semiconductores de Samsung Electronics en compañía del nuevo presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y el líder del conglomerado, Lee Jae-yong.
Ahí, Biden ha hablado de llevar la cooperación con Corea del Sur a «nuevas cotas» y ha agradecido la decisión de levantar una planta como la que ha visitado, donde se fabrican algunos de los circuitos integrados más sofisticados del mundo, en Taylor (Texas).
Con información de EFE