Delegados del presidente colombiano, Gustavo Petro, y el ELN acordaron según lo informa un comunicado «reanudar con plena voluntad política y ética el proceso de diálogo» como «demanda la gente de los territorios rurales y urbanos que padecen la violencia y la exclusión y otros sectores de la sociedad».
Ello, agrega el texto leído en un acto público, para «construir la paz a partir de una democracia con justicia y con cambios tangibles, urgentes y necesarios que esta mesa acuerde».
El comunicado llama la atención sobre la «necesidad» de «compromisos permanentes y verificables que siembren certeza de una nueva cultura de paz».
Ambas partes agradecen también «la persistencia, el compromiso y presencia en este escenario» de los países que actúan como garantes: Cuba, Noruega y Venezuela, sede de este primer contacto.
El 4 de octubre representantes de Petro y el ELN habían acordado restablecer el proceso de diálogo tras un encuentro en Caracas.
Los encuentros serán en sedes rotativas entre los países garantes, explicaron entonces.
Petro, primer presidente de izquierdas de Colombia y antiguo guerrillero, reactivó contactos con el ELN tras asumir el poder el 7 de agosto, con la meta de retomar las negociaciones, interrumpidas en el año 2019 por el gobierno de Iván Duque después de un ataque contra una escuela policial que dejó 22 muertos, además del agresor.
Los delegados del ELN fueron acogidos durante cuatro años en Cuba.
El ELN es la última guerrilla reconocida en Colombia. Fundada en 1964 por sindicalistas y estudiantes simpatizantes de Ernesto «Che» Guevara y la revolución cubana, la organización ha sostenido negociaciones frustradas con los últimos cinco presidentes de ese país sudamericano.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un acuerdo de paz en 2016 y se convirtieron en un partido político.
«Vemos con esperanza el proceso que se concreta hoy. Sin duda es un paso importante para lograr la paz en Colombia», apuntaron por su parte las naciones garantes en un comunicado, también leído en público por la representante de Noruega.
Después de la suspensión de los diálogos, el ELN aumentó su pie de fuerza de 1.800 a 2.500 miembros, según estimaciones oficiales, con la infraestructura energética y las transnacionales en Colombia como principales «objetivos militares».
Aunque Antonio García encabeza el órgano directivo conocido como Comando Central, la organización tiene una estructura federada con vocería propia en cada frente, lo que según expertos dificulta las negociaciones.
Con presencia en la frontera con Venezuela, el ELN tiene menor capacidad de fuego que la que tuvieron las disueltas FARC, pero su base social, compuesta por milicianos, es más amplia y diversa, según investigadores.
El gobierno de Nicolás Maduro ha expresado «su más firme compromiso con el proceso de paz total en Colombia».
Fuente: El Nacional