II Congreso de Economía | Venezuela tiene un largo camino que recorrer hacia su diversificación: no solo con el petróleo será próspera

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Venezuela tiene un largo camino que recorrer hacia la diversificación de su economía para impulsar no solo la industria petroquímica, sino también otros rubros en lo que el país podría generar recursos, aseveró Miguel Ángel Santos, economista y decano de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, en México.

«Si uno observa los patrones de diversificación mundial de los últimos 50 años, es verdad que los países se diversifican a partir de su materia prima. El que tiene petróleo se desarrolla en petróleo, el que tiene diamante se desarrolla en ello», dijo el especialista durante su ponencia en el segundo día del II Congreso Anual de Economía, organizado por la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE), que preside el economista Leonardo Vera Azaf.

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En el caso de Venezuela, señaló que los ingresos per cápita han caído drásticamente desde el año 2018, «pero cuando uno lo veía desde mucho antes, ya el país era 70% menos rico en términos de ingresos petroleros per cápita».

Para Santos, «si alguien todavía piensa que a punta de petróleo nosotros podemos generar un país próspero, está muy equivocado».

Aseguró que en 1996 el país contaba con unas enormes exportaciones en materia de metales, hidrocarburos y agroindustria, situación que actualmente se ha desvanecido, teniendo unos picos mínimos de exportación de oro en 2016 y 2018 hacia Turquía.

30% de la banca venezolana está dolarizada parcialmente

El 30% de la banca venezolana actualmente se encuentra dolarizada parcialmente. Esto en medio de un contexto biomonetario, de la conveniencia del bolívar y el dólar, afirmó Rafael Muñoz, economista, investigador, asesor del sistema financiero venezolano y profesor de pregrado y postgrado de Macroeconomía en la Universidad Católica Andrés Bello.

«Ese 30% para la intermediación se puede usar en créditos, pero en bolívares y, sin embargo, la banca no tiene acceso al mercado cambiario. Por lo tanto, no puede buscar y reponer las divisas que usa de los depósitos de moneda extranjera», sostuvo.

Enfatizó que, aunque hay una gran cantidad de depósitos en divisas, «son difíciles de utilizar para la transaccionalidad de las empresas y de las personas porque no se pueden hacer directamente en divisas».

El experto, quien también participó en el Congreso, señaló que por razones regulatorias «tanto la intermediación como la transaccionalidad en divisas están limitadas, lo que restringe el crecimiento del crédito y genera ineficiencias y costos transaccionales».

En ese sentido, apuntó que el reto que tiene la banca nacional es redefinir el esquema regulatorio para permitir que la intermediación y la transaccionalidad en divisas operen fluidamente en el país.

«El sistema bancario venezolano ha transferido una importante, rápida y generalizada contracción para luego estabilizarse en dimensiones reducidas en los últimos años», puntualizó el economista.

Indicó que la cartera crediticia del país cayó drásticamente, pese a que actualmente está dando algunos avances. «Pasó de 100.000 millones de dólares en 2011 a 1.425 millones de dólares en 2023».

Agregó que contracción del sistema bancario nacional pone a Venezuela en los niveles distantes en comparación con el resto de los países de Latinoamérica en materia de créditos.

Recordó que el sistema bancario es un factor importante para el crecimiento económico sostenido, que debe resolverse en Venezuela. «La caída del crédito, el elevado nivel del encaje y la dolarización, entre otros elementos, han generado una recomposición del activo y del pasivo del sistema bancario (…) De hecho, el crédito cayó del 53% en 2011 a cerca del 49% en 2023, llegando incluso en 2019 a 12%», dijo Muñoz.

Ratificó que las restricciones regulatorias e instituciones, así como la carga tributaria, son dos elementos que «dificultan generar resultados acordes con el cerramiento patrimonial endógeno necesario».

A su juicio, el estancamiento del crédito en Venezuela desde el 2018, se debe principalmente al problema de la restricción de liquidez bancaria, producto de la política monetaria restrictiva a través de un esquema de encaje legal especialmente limitante.

«Esto ha afectado de manera importante la liquidez bancaria y en consecuencia la intermediación crediticia. La banca ha tenido que apelar recurrentemente al déficit de encaje como mecanismo adicional de fondeo del crédito, el cual es una figura onerosa debido a los costos financieros que aplica el Banco Central por su uso», afirmó el profesor universitario.

Destacó que es fundamental retornar a un esquema estándar de encaje legal que implica desarrollar instrumentos de «política monetaria eficientes y ágiles, para desarrollar los mercados sólidos y profundos para los títulos que se sirven de base».

Asimismo, planteó que es necesario, en lo inmediato, que el Banco Central de Venezuela (BCV) pueda emitir títulos apropiados para este propósito. «Hay que volver a un esquema de encaje legal y desarrollar mecanismos alternativos», sostuvo el economista e investigador.

Manifestó que debido a posibles limitaciones del mercado se debe avanzar en «racionalizar, flexibilizar y operativizar eficientemente» los controles directos para la cartera crediticia del país.

En paralelo, planteó que «se deben desarrollar mecanismos de mercado, posiblemente reforzados por incentivos gubernamentales no distorsionantes que generen una asignación óptima del crédito para apuntalar los sectores clave para el crecimiento económico y social».

En cuanto a las tasas, tarifas y comisiones, describió que los retos son transitar coherente y equilibradamente hacia la liberación de las tarifas y comisiones bancarias.

Esto se haría promoviendo y creando un marco de competencia adecuada, «cuidando que no se produzcan sobresaltos de precios, con impactos no deseados en lo social y en la inclusión financiera», añadió Muñoz.

En el corto plazo, considera que el sistema bancario y el Estado venezolano deberían revisar integral y frecuentemente las tarifas y comisiones bancarias.

«Bajo un esquema de cartera no indexada y dependiendo de los niveles inflacionarios iniciales apuntalar las tasas reales positivas, cuidando no afectar la capacidad de la banca para preservar la calidad de su cartera de crédito», precisó.

Manejo del sector hidrocarburos en la transición energética

Francisco Monaldi, economista y director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker de Políticas Públicas en la Universidad de Rice en Estados Unidos, fue otro de los ponentes en el Congreso y conversó sobre manejo del sector hidrocarburos en la transición energética.

Aseguró que «la restricción de Venezuela, al menos no en las próximas dos o tres décadas, no vendrá dada por su dotación de recursos -que es muy amplia- ni por la caída de la demanda global del petróleo, sino por sus políticas e instituciones».

Monaldi aseveró que incluso en la mayoría de los escenarios de caída de la demanda petrolera internacional hay escenarios favorables para que Venezuela incremente su producción de petróleo.

Para el experto en petróleo, si Venezuela tuviera las condiciones político-institucionales adecuadas, podría incrementar su producción de hidrocarburos de manera muy significativa.

Advirtió que Venezuela cuenta con gran oportunidad de desarrollar los recursos de hidrocarburos, tanto en petróleo como gas, en las próximas dos o tres décadas, aunque hay riesgos crecientes de que esa ventana se acorte.

«Para alargar esa ventana de oportunidad, el país requiere incrementar la eficiencia, reducir los costos de producción, reducir la intensidad de emisiones y reducir los riesgos políticos, regulatorios y crediticios, incrementando la credibilidad institucional», señaló Monaldi.

Igualmente, considera que el país también puede incrementar sustancialmente la producción y exportación de crudo y gas en los próximos 10 años.

Sin embargo, dejó claro que es fundamental la inversión extranjera de más de 120 mil millones de dólares, «que en su mayoría las tendrá que realizar el sector privado». Para atraer estás inversiones, considera que se necesita ajustar el marco institucional con el objetivo de promover la inversión privada.

Otro elemento importante es reducir los riesgos sobre la superficie con un marco contractual y fiscal progresivo y competitivo para incentivar a lo que se llama ahora «inversionistas verdes», que buscan reducir las emisiones y promoviendo energías alternativas.

«Es necesario reducir significativamente el centro y quema de gas, así como eliminar los subsidios al consumo de combustibles fósiles», declaró el economista.

En ese contexto, indicó que Petróleos de Venezuela deberá tener un rol como operador e inversionista por las limitaciones financieras instituciones de recursos humanos.

«Lo más probable es que mantengamos una empresa estatal, pero se tendrá que incrementar su eficiencia, reducirse y eventualmente puede listar en los mercados. Pero una privatización prematura luce inviable e indeseable, porque obviamente en estos momentos no es una empresa privada», expresó Monaldi.

Detalló que «si bien las reservas petroleras oficiales de Venezuela son las más grandes del mundo, si esas reservas fueran auditadas con la metodología que tienen que usar las empresas privadas, solo una fracción podría ser considerada reservas probadas».

A pesar de ello, enfatizó que Venezuela cuenta con reservas muy importantes, la segunda después de Brasil.  Según estudios, Pdvsa estimaba que el país tiene alrededor de 110 mil millones de barriles, entre ellos 21 mil millones de barriles son convencionales, pero el 81% es crudo extrapesado y está la faja del Orinoco.

«De todas maneras, si Venezuela tiene 21 mil millones de barriles convencionales, son cifras superiores a la que tiene Brasil y Guyana», que tienen 12.000 millones y 11.000 millones de barriles, respectivamente.

Con respecto a la explotación de gas, Monaldi señaló que, aunque hay nuevos convenios para impulsar el desarrollo de este hidrocarburo, los procesos son más rigurosos por restricciones legales, incentivos de inversiones, seguridad jurídica, entre otras.

En relación con el cambio climático y la transición energética en América Latina, señaló que la región genera pocas emisiones en comparación al promedio mundial. Esto principalmente se debe a que «tiene ingresos per cápita menores que los países desarrollados» y «también porque la matriz energética de producción de electricidad es la más verde del mundo».

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