Las empresas familiares en Venezuela están en riesgo por la emigración de hijos y nietos

La sucesión es el principal problema que afrontan las empresas familiares mundialmente, debido a que no necesariamente las nuevas generaciones quieren continuar con el proyecto que iniciaron sus abuelos o padres por un asunto vocacional o competencia profesional. En el caso venezolano se suma la diáspora, que ha emigrado sobre todo en los últimos ocho años y que alcanza alrededor de 7,3 millones de personas.

“El tema generacional y la fuga de talentos es el gran reto que afrontan las empresas familiares en Venezuela y eso se vuelve en un elemento retador y hasta se convierte en una amenaza. Por eso, hay muchas empresas o marcas tradicionales que están en riesgo, porque carecen un plan de profesionalización”, sostiene Pedro Pacheco Rodríguez, socio principal de la firma consultora PwC Venezuela.

“Hay fundadores que dicen que deben cerrar la empresa porque no hay quien la continúe y, por eso, nosotros hablamos de profesionalizar o institucionalizar a la empresa familiar de manera que las posiciones claves las ocupen terceras personas en función de sus méritos y actitudes; mientras que el sucesor pasa a ser un accionista que puede o no estar en el país”, añade.

Esta firma, junto el Asociación Venezolana de Empresas Familiares, ha iniciado un proyecto para justamente impulsar ese proceso de profesionalización que requieren las compañías que incluye solventar las diferencias o brechas generacionales que generan conflictos gerenciales.

“Se debe buscar un punto de encuentro en el que predominen los valores, la responsabilidad, confianza, respeto mutuo y, sobre todo, que prevalezca el sentido de trascendencia”, indicó.