Andrés Galarraga abrió la puerta hace casi 30 años, en el ya lejano 1993. Magglio Ordóñez (2007) y Carlos González (2010) fueron los primeros en pasar, hasta que llegaron Miguel Cabrera y José Altuve para adueñarse, remodelar y tumbar la casa a su antojo.
Estamos hablando de los venezolanos que han alcanzado la importante hazaña de consagrarse como campeón bate en las Grandes Ligas. Como adelantamos, el ‘Gran Gato de Venezuela’ fue el pionero, cuando destacaba como uno de los miembros de “Los Bombarderos de la Calle Blake”.
Así se conocía al descomunal cuarteto que tenían los Rockies de Colorado, a comienzos de los años 90. Junto a Galarraga, figuraban Vinicio ‘Vinny’ Castilla, Dante Bichette y Larry Walker.
Lo cierto es que en 1993, el criollo hizo historia al convertirse en el primero de los nuestros en alzarse con un título de bateo en Las Mayores. Además lo hizo con contundencia, ya que su promedio de aquel año termino en los .370 puntos exactos.
Tuvo que pasar más de una década, hasta que llegara un tal Magglio Ordóñez –a quien los Medias Blancas habían dado por acabado en 2004, luego de una lesión de rodilla–, con el uniforme de los Tigres de Detroit, y terminara bateando para .363 al final de la temporada 2007, para ser el primer venezolano en titularse en la Liga Americana; la mejor de su carrera, puesto que también conectó 54 dobles, 28 jonrones y remolcó 139 carreras.
Tres años después, en su tercera temporada como grandeliga y la segunda con los rocosos, Carlos González sería el tercero de la lista, emulando a Galarraga en la Liga Nacional y con el uniforme de los Rockies. El zuliano, además de batear para .336, dio 34 tubeyes, despachó mismo número de vuelacercas, se robó 26 bases y empujó 117 rayitas, también fue la temporada de su vida.
Luego de eso, el auge regresó al joven circuito, precisamente con los Tigres de Detroit, como Magglio, Miguel Cabrera dominó la escena desde 2011, hasta 2013, con tres títulos de bateo consecutivos.
En su cuarta campaña con los bengalíes, el maracayero conectó 48 dobletes, se fue para la calle 30 veces y terminó la temporada con .344 de promedio; su compatriota y compañero de equipo, Víctor Martínez terminó en el cuarto lugar, con average de .330.
Al año siguiente, Miggy repitió como campeón bate, con promedio de .330 puntos, pero también fue el año de la Triple Corona de bateo (44 jonrones, 139 empujadas) y de su primer MVP. En 2013, Cabrera vuelve a ser elegido como el Jugador Más Valioso de la Americana, con promedio de .348, 44 bambinazos y 137 fletadas; volvió a coquetear con la Triple Corona, pero se topó con Chris Davis (Orioles), que sacó nueve pelotas más y empujo 138 carreras.
En 2014 aparece por primera vez en escena José Altuve, el pequeño camarero de los Astros de Houston, que nunca había bateado sobre 300, conquistaba el joven circuito con promedio de .341 y se convertía en el quinto criollo en ser campeón bate. No obstante, en 2015 reaparece Miguel para un último baile, conquistando su cuarto cetro con promedio de .338; Altuve (.313) fue tercero, por detrás de Cabrera y Xander Bogaerts (.320).
Sin embargo, el de los siderales no había dicho su última palabra. Todavía le quedaba gasolina en el tanque para sumar dos campeonatos más, de forma consecutiva, en 2016 y 2017. El pequeño gigante igualó –en 2016– los 338 puntos que sumó Cabrera la temporada anterior, y con ello se tituló como el mejor bateador de la Americana.
En 2017, Altuve bateó para .346, ganó su tercer título de bateo y además fue electo como el Jugador Más Valioso, con 24 jonrones, 39 dobles, 81 impulsadas, además de guiar a los Astros al tan ansiado título de Serie Mundial; fue la última de cuatro temporadas consecutivas, en las que el maracayero terminaba con al menos 200 indiscutibles.
La hora de Arráez
Cinco años después, ahora en 2022, un venezolano vuelve a estar en la palestra de los bateadores. Se trata de Luis Arráez, de los Mellizos de Minnesota, que se encuentra inmerso en una temporada colosal en el aspecto ofensivo.
El inicialista de los Twins, no en vano se ha ganado el apodo de ‘La Regadera’, por su capacidad bateadora, que le permite conectar la bola hacia casi cualquier parte del terreno.
El de San Felipe solo se ha volado la barda en cuatro oportunidades esta temporada, pero es que el poder no es precisamente una de sus cualidades. Su punto fuerte es el contacto, el saber chocar la bola, es consciente de ello y es lo que lo convierte en un bateador sumamente peligroso, pues ya conoce su nicho y es allí donde se enfoca, para hacer su trabajo y hacer daño al rival.
Ahora mismo, Arráez lidera todas las Grandes Ligas en average, con 348 puntos. Es segundo en la Liga Americana, y quinto en la lista global, en hits conectados con 93; pero también ha llegado a salvo 33 veces por la vía del boleto.
El yaracuyano es un auténtico artista del bateo, es un tipo que conoce y sabe batear, no se embarca, no se engolosina, no se va con malos pitcheos; solamente se ha ponchado 25 veces, en 267 turnos que ha consumido esta temporada. También comanda la MLB en porcentaje de embasado, con .422 de OBP.
Sus más cercanos perseguidores, por el título de bateo de la Liga Americana, son el dúo dinámico de Boston, conformado por Rafael Devers (.327) y Xander Bogaerts (.318); ambos, aunque peligrosos, lucen demasiado lejos, para un Arráez que de mantener el ritmo, podría convertirse en el sexto venezolano en ser campeón bate en la Gran Carpa.
Por otro lado, y para reforzar su apodo de ‘La Regadera’, el de los Mellizos es también el bateador con más juegos multihits en lo que va de zafra, con un total de 31.
Por si fuera poco, Arráez es también el bateador menos vulnerable de todas Las Mayores, con una tasa de ponches de 0.83; Steven Kwan de los Guardianes de Cleveland (0.88), Alejandro Kirk de los Azulejos de Toronto (0.93) y José Ramírez también de los Guardianes (0.95), son los otros toleteros que se ponchan menos de una vez, por cada diez apariciones al bate.