«Ella solo se estaba acomodando sus zapaticos», dijo Mayerling Soto, quien fue testigo de la muerte de su hija, de cuatro años de edad, al ser arrollada en las inmediaciones de una estación de servicio, ubicada detrás del Centro Comercial Propatria, situado en la parroquia Sucre.
Mayerling laboraba en un área inhabilitada de la estación de servicio, donde cuidaba motos. Frecuentemente se llevaba a su hija Ashley Layle Urdaneta Soto.
Foto: Lysaura Fuentes / Mayerling Soto, madre de la niña
«Lamentablemente yo estaba trabajando así, porque no tenía sustento de trabajo. Y allí era la única manera, donde yo podía tener a mi hija al lado, cuidándola, viendo lo que hacía y lo que no. Aquí tengo la prueba que me quedé con un zapato en la mano”, manifestó la madre de la niña.
En cuanto al hecho, el viernes 26 de abril en horas del mediodía, Mayerling y su hija se encontraban como de costumbre en la estación de gasolina cuando ingresó al lugar una patrulla del Cicpc.
«La patrulla del Cicpc entró normal, despacio y se estaciona en la parte de atrás de nosotros. La niña me pregunta que si se había puesto bien el zapato, y yo le dije: ‘No lo tienes bien’, y ella comenzó cambiárselo. Se sentó en los cartones, no le dieron la oportunidad, y la camioneta le pasó por encima», contó Mayerling.
Foto: Lysaura Fuentes/ Mayerling Soto, madre de la niña
Agregó que «nunca escuchamos que la camioneta estuviera prendida, tenía los vidrios arriba. Adentro del vehículo había cuatro funcionarios. Estaban una femenina y tres masculinos».
La niña fue trasladada hasta el Hospital Dr. José Gregorio Hernández, también conocido como Los Magallanes de Catia; sin embargo, ya estaba sin signos vitales.
El hecho trágico quedó grabado en videos de cámaras de seguridad del sector y de la estación de servicio.
Denuncian irregularidades
Sobre el caso se dieron a conocer dos versiones, una en la que la niña estaba sobre unos cartones junto a su madre, poniéndose los zapatos cuando el conductor de la patrulla arrancó y la arrolló.
La otra es que presuntamente la pequeña estaba dormida, cubierta con unas cajas de cartón, por lo que en el momento en el que la patrulla se movilizó del lugar no lograron verla.
Sin embargo, su madre afirmó que «en la sede de tránsito me culparon, diciendo que yo ponía a la niña a dormir en los cartones, pero eso no es así. Ella, como todo niño, lo que hacía era jugar con los cartones. Mi hija era demasiado hiperactiva».
Aseveró, además, que en el hospital de los Magallanes de Catia no le entregaron el informe médico. «No es justo lo que estoy viviendo yo, con este dolor. Yo tuve que ir a la Fiscalía a hacer una denuncia para yo retirar el cuerpo de mi hija. Una criatura tan pequeña todo lo que vivió», relató.
«Si yo hubiese sabido que esa clase de trabajo le arriesgaba la vida a mi hija, yo no hubiese seguido trabajando. Lo que pasa es que, lamentablemente, somos humildes», señaló Mayerling.
Contó que cuando se encontraba en la patrulla, logró hablar con el presunto conductor y él, al parecer, le dijo: «Disculpa yo pensé que era un perro,” y yo lo dije: ‘No era un perro, era mi hija».
«Ella quería ser una princesa, le gustaba la comiquita de Masha y el Oso, y así fue que yo le hice el velorio con los dibujos. Yo pido justicia, que esto no se quede así», puntualizó.