Tapabocas y antibacteriales se esfumaron de las farmacias en dos horas

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Dos horas después de la confirmación de la existencia de dos casos de coronavirus Covid-19 en Venezuela, la mayoría de las farmacias de Caracas se quedaron sin mascarillas, antibacteriales y alcohol isopropilico.

En un recorrido realizado por HispanoPost al término del anuncio de Delcy Rodríguez, que además informar sobre los casos de contagios señaló que era obligatorio el uso de mascarillas en el metro y en cualquier transporte público, se observó que las farmacias de Chacaíto tenían largas colas para comprar ese producto.

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En algunas de ellas, los venezolanos compraban cajas de 15 unidades de mascarillas quirúrgicas, a pesar de no ser la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero para algunos, como Oriana Hernández, eran “más baratas y las que había”. Las quirúrgicas vendidas en paquete de seis tienen un costo de 400.000 bolívares (5 dólares), lo que cuesta un tapaboca N95, el sugerido por la OMS. Y hasta “hace una semana, el precio de este set de seis mascarillas era de 100.000 bolívares”, expresó otra mujer.

En el bulevar era frecuente escuchar quejas de quienes catalogaban de locura la respuesta de comprar estos insumos. La más repetida era “la gente anda como loca”. Esa expresión la dijo una mujer que minutos después preguntó en un establecimiento si había alcohol o antibacterial, y no, no había. El precio de ambos productos hasta ayer era de 200.000 bolívares, el alcohol; y entre 120.000 y 500.000 bolívares el antibacterial.

La OMS en múltiples ocasiones ha señalado que la prioridad del uso de las mascarillas N95 es para el personal médico que trata a los infectados y para quienes están en contacto directo con ellos.

“Ayer esto no estaba así, nos agarró de imprevisto”, aseguró una trabajadora de uno de los locales de venta de medicinas e insumos. Afirmó que desconocía cuándo abastecerán los anaqueles de mascarillas, alcohol y antibacterial. Ciertamente el local ayer no estaba como hoy, pero cuando Nicolás Maduro habló el jueves y dijo que se había descartado 30 casos sospechosos de Covid-19 en Venezuela, las ventas de mascarillas quirúrgicas se incrementaron en este establecimiento.

“Vine casi corriendo porque se estaban acabando, incluso tuve que esperar un poco porque no había. Compré cinco mascarillas por 205.000 bolívares”, detalló Delsymar Muñoz, trabajadora de un local de la feria de Chacaíto. Expresó estar “preocupada porque ya dijeron que hay dos casos de coronavirus en Venezuela”.

Oriana Hernández y Rosa Magdaleno estaban en la universidad cuando escucharon las declaraciones que confirmaban que en Venezuela hay Covid-19. Hernández contó que al salir de allí “ni siquiera quisimos montarnos en el metro”. “Apenas vimos una farmacia entramos a comprar tapabocas y compramos un montón. Desde que venimos caminando, todo el mundo nos ha dicho cosas y nos han tosido encima. El venezolano no toma nada en serio”.

A Rafael Salas, administrador que transitaba por la zona, le parece “una irresponsabilidad que estén haciendo compras nerviosas aprovechando la situación que hay con el coronavirus”. “Mientras no esté declarada una alarma de epidemia en el país, no tenemos por qué hacernos eco de rumores o de pánicos innecesarios cuando todos estamos claros que los más sensibles son las personas mayores”.

Aunque Christian Rivas comparte la posición de Salas, compró cinco paquetes de cinco mascarillas cada uno. Tomó la decisión de adquirirlas “porque vivimos una situación que cuando las personas entran en pánico todo se acaba, porque las personas lo van a volver una mafia”. Cuando salió del local, el gerente afirmó que se había agotado todo. Pero Rivas maneja la teoría de que el negocio sacaba la mercancía de manera paulatina.

En el bulevar causaba impacto ver a personas con tapabocas, pero con el pasar de los minutos era cada vez más habitual. Las cajeras de las farmacias no tardaron en ocultar la mitad de sus caras tras una mascarilla y una de las últimas personas que logró comprar un paquete de cinco repetía la respuesta que una vendedora le dijo: “Quedan tres cajas, pero son para el personal”.

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