Las últimas horas del doctor Samuel Viloria

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Son pasadas las 12 del mediodía del lunes 15 de junio, cuando por las puertas del Hospital Universitario de Maracaibo entra un señor de 50 años en malas condiciones. Deambula por los pasillos con dificultad y, en minutos, es ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos. Tiene COVID-19 y el panorama no es esperanzador.

El lugar lo conoce como la palma de su mano, lo dirigió desde 2015 hasta 2017, pero las condiciones actuales son otras: el suministro de agua depende de la llegada de cisternas, las camas operativas para cuidados intensivos no llegan a 15 y el personal no se da abasto frente a un promedio de ingreso de 30 pacientes diarios con el nuevo coronavirus.

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“Son tantos los pacientes que están llegando que no hay tiempo de hacerles las pruebas y también hay muchas dificultades para realizarlas”, dice una trabajadora de la salud de este recinto, el cual desde el 10 de junio atiende únicamente a pacientes con COVID-19.

Las pruebas que se hacen en este centro centinela, el único del estado Zulia, son las rápidas. Mientras que las PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa, por sus siglas en inglés), que detectan de forma directa el virus en el organismo, se realizan de manera escasa si el paciente tiene antecedentes importantes y síntomas, y una vez hechas son llevadas al único lugar del país que las procesa, el Instituto Nacional de Higiene Dr. Rafael Rangel, en Caracas, a 700 kilómetros de distancia.

El exdirector del Hospital Universitario de Maracaibo tenía varios días con síntomas y ,según la presidenta del Colegio de Médicos del estado Zulia, Daniela Parra, “se expuso al contagio con baja protección mientras trabajaba como epidemiólogo en el Hospital Dr. Adolfo Pons”.

En la Unidad de Cuidados Intensivos se descompensa rápidamente. Es un paciente diabético con trasplante de riñón e inmunosuprimido, por lo que, según Francisco Valencia, fundador de Amigos Trasplantados de Venezuela, “sus probabilidades de infectarse eran altísimas, por ser una persona trasplantada e inmunocomprometida, y también, diabética”. “La protección debe ser con mayor cautela porque, al ser de alto riesgo, las estadísticas indican que la tendencia se inclina a no sobrevivir a un virus de este tipo por su nivel de agresividad”.

Parra expresa que “en todo el estado, el personal de salud corre riesgo de contagio por las precarias condiciones sanitarias de los centros de atención y la exigua o nula dotación de equipos de protección personal. 90% de centros están sin agua potable de distribución interna, 90% sin aire acondicionado, 90% sin ascensores y, en cuanto a equipos de protección personal, son insuficientes e insoportables por el excesivo calor” del lugar con las más elevadas temperaturas del país.

Aunque hay fuentes del sector salud que afirman que los médicos contagiados por COVID-19 en Maracaibo son más de 40 hasta la fecha, el Colegio de Médicos del estado Zulia ha confirmado 17, de los cuales tres continúan en cuidados intensivos.

En la madrugada del 16 de junio, cuando el médico de 50 años de edad tenía poco más de 12 horas de haber ingresado al Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo (Sahum), institución dependiente del Ministerio de Salud y otrora obra emblemática del país, falleció.El epidemiólogo, exdirector del Hospital Universitario de Maracaibo, del hospital Dr. Régulo Pachano Áñez y de Salud de Maracaibo, y subdirector del hospital Adolfo Pons, Samuel Viloria murió del coronavirus COVID-19 y se convirtió en el primer médico del país en fallecer por esta causa.

El fallecimiento fue confirmado por el gobernador de la entidad, Omar Prieto, sin embargo, ese martes su nombre no apareció en el balance oficial dado por Nicolás Maduro. Y a dos días de su deceso, su muerte no ha sido anunciada ni forma parte del registro del Estado.

Una trabajadora del Sahum, cuyo nombre mantenemos en reserva por razones de seguridad, explica que en el hospital “se lleva un subregistro de pacientes que dieron positivo a la prueba rápida, presentaron los síntomas y fallecieron, pero no fueron incluidos en las estadísticas porque no se les realizó la PCR”. Añade que “el lunes, en que el doctor Viloria ingresó al recinto, fallecieron 14 personas, y hay semanas que mueren 25”.

El Hospital Universitario de Maracaibo es el encargado de atender el principal foco de transmisión de COVID-19 en el país: el mercado Las Pulgas, el cual tiene irregularidades y contradicciones en las cifras totales por parte de las autoridades de dar los anuncios, pero solamente el miércoles 17 de junio registró 132 nuevos casos y hasta la fecha contabiliza ocho fallecidos, entre ellos el doctor Samuel Viloria, aunque aún no se diga su nombre.

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