Judith Castillo: Parezco un bombero de marcas apagando los incendios de los emprendedores

Judith Castillo pasó a tener notoriedad principalmente cuando a las 36 horas de ser la primera finalista del concurso de Miss Venezuela 1976 le avisaron que asumiría el reinado porque la ganadora, Elluz Peraza, abdicó por amor porque huyó con su novio para casarse en una jefatura civil de El Hatillo, que para ese entonces era solo un pueblo en la periferia de Caracas.

A menos de dos meses de su coronación, Judith se fue a Hong Kong para participar en la 25a edición del Miss Universo y en pleno evento sorprendió a la audiencia y a sus coterráneos que la veían por televisión porque saludó y dijo unas palabras en cantonés. Ese gesto le ganó de la ovación del público que asistió al Teatro Lee hongkonés y se sumó a los puntos para entrar al cuadro final al que llegó también como primera finalista. Le ganó la representante de Israel.

Fue recibida con honores cuando llegó al aeropuerto internacional de Maiquetía con transmisión en vivo por parte de Venevisión. Hay que tomar en cuenta que para ese momento Venezuela no tenía la saga o serie de reinas de belleza que exhibe en la actualidad y solo acumulaba el triunfo de Susana Duijm en Miss Mundo en 1955 y el puesto de primera finalista de Mariela Pérez Branger en el Miss Universo 1967.

Judith tuvo una breve incursión como actriz y modelo, pero sobre todo su carrera artística fue como animadora y conductora de espacios de entrevistas en Radio Caracas Televisión, pero un aspecto importante -aunque menos notorio- de su carrera fue que estudió Derecho y pasó a formar parte de la consultoría jurídica no solo de RCTV sino del conglomerado que agrupa Empresas 1BC, especializándose en el área de propiedad intelectual y marcas.

Es por ello que con el boom de emprendimientos que hay en Venezuela, no deja de advertir las omisiones legales en la que están incurriendo estos pequeños empresarios, quienes solo se percatan de la parte jurídica al momento que toman la decisión de formalizarse.

“Parezco un bombero apagando incendios avivados al tener que resolver problemas de emprendedores que no se dan cuenta que una de las cosas más importantes es su marca como un bien intangible de su proyecto porque representa la identidad del bien o servicio que están ofreciendo”, explica Judith Castillo. “Los emprendedores están invirtiendo en muchas cosas pero siempre dejan de último la parte legal y eso es fundamental. Al momento que les corresponde registrar su marca y signos distintivos se dan cuenta que ya otra persona los había hecho y pierden todo el material que habían creado como bolsas, empaques, tarjetas y etiquetas”, acota.

También está involucrada con proyectos sociales como el de la organización civil Oncoaliado para la atención de pacientes con cáncer en la población de Cantaura en el estado Anzoátegui, donde se encuentran comunidades de la etnia kariña.

Judith Castillo está marcada por Caracas, donde nació. Estudió en una las escuelas públicas de referencia nacional como es la Unidad Gran Colombia en la urbanización Los Rosales, le encanta bailar música de la Billos’s Caracas Boys y ha utilizado sus redes sociales a favor del embellecimiento y cuidado de la capital.

“A Caracas se la afea con una decoración que no hace falta. Hay una exageración en el uso de nuestro tricolor y se le deja desteñir lo se convierte en un irrespeto, pero en cambio no se invierte en mejorar la recolección de la basura o en campañas de mantenimiento de limpieza. ”, comenta. “A pesar de que la gente sea incapaz de cuidarla, yo a amo a mi ciudad. Quiero mucho a Caracas con todas sus locuras y desastres”, acota.